Con la instalación de ocho turboventiladores a 55 metros de profundidad, que tuvieron un costo de 36 millones de pesos, se busca reducir hasta cinco grados centígrados la temperatura en la línea 7 del Metro, que llega a 38 grados centígrados, informó el director del Sistema de Transporte Colectivo (STC), Jorge Gaviño Ambriz.

Al ponerlos en funcionamiento en las lumbreras de los túneles de las interestaciones Tacuba-Río San Joaquín, Polanco-Auditorio y Constituyentes-Tacubaya, destacó la importancia de reducir los efectos del calor en esta línea, la más profunda de la red, y que generará un ahorro significativo de energía.

Además, se renovaron los ventiladores de 40 trenes y se instalarán 314 bebederos, de los cuales 281 ya están en funcionamiento, aunque la meta es llegar a 400, a fin de contar con dos aparatos en cada una de las estaciones de la red, señaló.

En un recorrido nocturno por la línea 7, que va de El Rosario a Barranca del Muerto, comentó que se cuenta con 34 ventiladores de gran tamaño, pero no es posible utilizarlos por el nivel de ruido que generan, lo cual molesta a los vecinos e incumple la norma en la materia. Los nuevos aparatos cuentan con un sistema de atenuación de ruido, dijo.

Por otra parte, explicó que la suspensión del servicio el lunes por la noche en las estaciones Chilpancingo, Patriotismo y Tacubaya de la línea 9, se debió a que se dilató la barra guía, al llegar la temperatura a 60 grados centígrados y los sujetadores cedieron.

De haber continuado el servicio, los trenes se hubieran quedado en los túneles y hubiera sido necesario desenergizar la vía para bajar a los usuarios, o se hubiera provocado un cortocircuito o desprendimiento de la barra guía.

Una brigada ingresó a la medianoche para cortar 10 centímetros de la barra, que se onduló por el incremento de la temperatura, se colocaron los sujetadores y se procedió a hacer pruebas en vacío para reiniciar operaciones a las 5 horas del martes.

Los trabajos, sin embargo, continuaron ayer para evitar nuevamente esta falla, que ha ocurrido 10 veces en 10 años; no es una falla frecuente, pero se revisarán todos los tornillos y sujeciones de las barras guía, que son las encargadas de llevar la corriente al tren, con el apoyo de trabajadores del Metro.