Moscú.

Rusia, Siria e Irán lanzaron ayer una dura advertencia a Estados Unidos para que no vuelva a bombardear territorio sirio e hicieron un llamado a que se investigue el ataque químico de la semana pasada.

El ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov –anfitrión de sus colegas sirio e iraní en un encuentro en Moscú–, dijo que el ataque estadunidense fue una violación flagrante a la ley internacional.

Aseguró que el secretario de Estado estadunidense, Rex Tillerson, se mostró de acuerdo, en una reunión que sostuvieron el miércoles pasado, en que no deberían repetirse los bombardeos, como el perpetrado el 7 de abril sobre la base militar de Al Shayrat, controlada por el gobierno de Bashar al Assad.

Moscú, Damasco y Teherán coincidieron en que el ataque de Washington contra la base militar siria representa un acto de agresión, y advirtieron a Estados Unidos. El canciller ruso subrayó que cualquier acción militar adicional contra Siria tendría graves consecuencias no sólo para la seguridad regional, sino global.

Estados Unidos culpó al mandatario sirio del ataque químico, en el que murieron más de 80 personas, 31 de ellas niños.

Al reanudar las conversaciones con sus homólogos de Irán y Siria, Mohamad Yavad Zarif y Walid Muallem, respectivamente, Lavrov sostuvo: Confirmamos nuestra postura conjunta de que se trata de un acto de agresión, de una burda violación de los principios del derecho internacional y de la Carta de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Añadió que los tres países insisten en que se efectúe una investigación exhaustiva sobre el uso de armas químicas en Idlib.

Subrayó que la indagatoria debe realizarse bajo los auspicios de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas.