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A pesar de la victoria ante Costa Rica, México no fue un equipo avasallador, sostiene

El Tri mantiene la jerarquía, pero ya no es el gigante de Concacaf: Manuel Negrete
 
Periódico La Jornada
Domingo 26 de marzo de 2017, p. a14

Hubo un tiempo en el que la distancia entre el Tri y los equipos de Centroamérica era tan grande que a México se le consideraba el gigante de Concacaf. Manuel Negrete, ex seleccionado y protagonista de uno de los goles más bellos en la Copa del Mundo de 1986, recuerda al equipo que en una época no tenía rivales, justo un día después de la victoria 2-0 ante Costa Rica, que coloca al equipo tricolor en la cima del hexagonal rumbo a Rusia 2018, posición que no ocupaba desde hace 12 años.

Negrete celebra la victoria del Tri, pero lo hace con la mesura de una nueva lógica que se ha extido por toda la región que comprende la Concacaf. Con selecciones cada vez más competitivas y jugadores que participan en ligas europeas. Las distancias son cada vez más cortas, reconoce Negrete.

México sigue teniendo la jerarquía en la región. No la ha perdido, considera. Pero hay que ver los avances en los equipos centramericanos. Costa Rica, por ejemplo, puede ganarle a equipos sudamericanos.

En el triunfo de México el viernes por la noche, hubo momentos –relata– en los que el Tricolor estuvo a punto de recibir tantos en contra y en los que dejó que la posesión y el ritmo los impusiera el cuadro tico.

A pesar de la victoria, no vi que el Tricolor fuera avasallador, resume. Por momentos Costa Rica jugó mejor; la segunda parte creo que no supieron cómo resolver la desventaja.

Antes jugar en el estadio Azteca resultaba ya un factor que favorecía a la selección mexicana, pero no desde el llamado Aztecazo, cuando Costa Rica venció a México, la primera derrota en eliminatorias sufrida en el coloso de Santa Úrsula.

Después de la goleada 7-0 que Chile le impuso al México, la imagen de la selección quedó maltrecha. En algunos partidos posteriores hubo abucheos y demasiada crítica al trabajo de los jugadores y el entrenador, el colombiano Juan Carlos Osorio.

Fue una buena decisión permitir que Osorio siguiera en el puesto. No porque el resultado resultara engañoso, porque fue una realidad que México jugó muy mal. Pero hay que tener paciencia, esperar a que el técnico logre su equipo ideal.

Al tiempo que crece la rivalidad deportiva, a veces ese sentimiento trasciende los límites de la cancha y se trastoca en competencia nacionalista, admite Negrete, aunque está convencido de que nunca se desborda.

Negrete lo afirma al recordar los tiempos difíciles en los que tenían que visitar una Centroamérica azotada por guerras y tensión política y social.

En 1982 fuimos con Pumas a El Salvador para un amistoso de preparación para el premundial. Había mucha tensión social en el país y hasta nuestro hotel llegaba los rumores de tiroteos, recuerda.

Hoy es completamente distinto. Al final, aunque las aficiones hagan alardes, los jugadores terminan y se saludan con afecto.

Antes de partir de la Ciudad de México, Rolando Fonseca, jugador de Costa Rica, elogió el trabajo de Osorio y del Tri.

Osorio supo descifrar bastante bien a nuestro equipo; cerrar líneas a jugadores importantes que no lograron notarse en el partido, dijo en el aeropuerto capitalino.