Barcelona, París, Oviedo, Madrid, Málaga, San Petersburgo, Tenerife, Nueva Orleáns, Ciudad de México y Hermosillo serán las sedes de las audiciones de la primera edición del concurso Sonora International Opera Competition Francisco Araiza, ambicioso proyecto que impulsa el estado de Sonora.

La iniciativa, articulada en Hermosillo, se propone abrir una plataforma de alto nivel para cantantes mexicanos y extranjeros con la finalidad de apoyar y profesionalizar a los intérpretes del bel canto a escala internacional.

Será anual y se efectuará en el Festival Internacional del Pitic, a finales de mayo, con sede oficial en el teatro auditorio del Cobach, de la norteña ciudad, explicó Margarita Torrres Ibarra, directora del Instituto Municipal de Cultura y Arte de Hermosillo.

El proyecto, dijo, surge del interés de convertir a la capital de Sonora en verdadero polo de desarrollo cultural, al tiempo de catapultar a los nuevos talentos con oportunidades reales de desarrollar una carrera profesional.

Hasta el momento, añadió, se han sumado 10 casas de ópera e instituciones que avalan el concurso en el que se entregarán varios estímulos económicos que exceden de 45 mil dólares.

Relevancia continental

Para el reconocido tenor mexicano Francisco Araiza, quien dijo sentirse honrado de que el certamen lleve su nombre y dispuesto a colaborar, se trata de un proyecto cuya importancia será a escala continental, pues la mayor parte de los concursos internacionales tienen como sede Europa y Asia. Es por ello que esta iniciativa surge como una luz que tiene como aspiración convertirse en un punto de referencia en el mundo de la ópera internacional.

La convocatoria abrió inscripciones el pasado 8 de febrero y en México concluirá el 10 de abril; seleccionará mujeres y hombres cantantes líricos de entre 18 y 38 años de cualquier nacionalidad. Los interesados deben descargar la ficha de registro en la página oficial www.franciscoaraizacontest.com, teniendo como fecha límite cinco días naturales anteriores a la audición presencial en cada sede.

El jurado aplicará criterios internacionales de los concursos en los que se persigue la excelencia.

Respecto del límite de edades es único, dijo Araiza. “Vivimos en un mundo de milennials, por lo que diversas actividades se enfocan a la juventud. En algunos concursos internacionales ocurre lo mismo: han reducido límites de 28 a 34 años, dejando fuera a eventuales talentos”.

La educación y el desarrollo vocal, explicó, obedecen a un ritmo singular. Si uno quiere aprender piano, aumenta las horas de práctica, pero con la voz eso no funciona; ésta tiene un biorritmo y no se puede influenciar de ninguna manera. Por esa razón hay cantantes que florecen a los 18 años y otros a los 36 o 38 años, en particular, barítonos y bajos, mezzosopranos o contraltos. A ellos es a los que se les quiere dar oportunidad.

En referencia a la ópera en México, Araiza reflexionó: “Es muy difícil mover el estatus quo por el hecho de estar restringidos a hacer ópera casi exclusivamente en Bellas Artes. Ramón Vargas había implementado un plan de sacar la ópera a los estados, pero su ejecución fue un poco fallida; con ese plan de exportación se impidió a las compañías locales formar óperas estatales autónomas, lo que para México sería lo ideal.

“Ante la cantidad de cantantes con grandes dotes, necesitaríamos producir de cinco a siete entidades estatales que funcionen como óperas autónomas, con administración, orquesta, coro y temporadas, regidas por un intendente general para que no estén produciendo todos La Traviata.

Mientras no se desarrollen esos proyectos tendremos que vivir de momento con lo que tenemos, concluyó.