Con la instauración del Sistema Nacional de Educación Media Superior (SNEMS), cuyo decreto de creación estará listo en las próximas semanas, se definen condiciones para la puesta en práctica del nuevo modelo educativo para la enseñanza obligatoria, que demanda un enfoque y perspectiva de largo aliento, como en los años 50 del siglo XX se hizo con el plan de 11 años, que buscó implementar una medida, incluso transexenal, afirmó en entrevista el subsecretario de Educación Media Superior, Rodolfo Tuirán Gutiérrez.

Aseguró que la propuesta pedagógica y curricular presentada por el presidente Enrique Peña Nieto el 13 de marzo en Palacio Nacional, no es sólo un modelo teórico-conceptual; tiene una ruta de implementación que hace transparente, a diferencia de otros esfuerzos, las intervenciones definidas como prioritarias para implantar y avanzar en el desarrollo de este nuevo modelo.

Si bien reconoce que el SNEMS será uno de los ejes más relevantes para la transformación del bachillerato, no es la única acción con la que se impulsará una nueva gobernanza en el sistema nacional de enseñanza.

No podemos esperar resultados de un nuevo modelo educativo, si no tenemos los mecanismos para garantizar que efectivamente se aplique en las escuelas, por lo que, además de señalar de obligatorios los acuerdos que emanen del SNEMS, se prevén acciones de organización para la participación de los padres y la vinculación con sectores sociales y productivos.

En la ruta para la puesta en práctica del modelo educativo, se definen como acciones prioritarias fortalecer el trabajo colegiado docente en las escuelas de bachillerato con la entrega de materiales y guías, agendas estratégicas, desarrollo de colaboración entre academias y creación de nuevas plataformas digitales para el intercambio de experiencias, por lo que se prevé que al finalizar el sexenio 9 mil planteles públicos, a los que asisten 3.2 millones de alumnos, deberán contar con un plan de labor personalizada para impulsar el trabajo colegiado.

También se buscará impulsar la participación de los padres en las comunidades educativas, mediante la generación, entre otras medidas, de guías de trabajo para éstos y los directores y docentes; la elaboración de calendarios para su interacción con directivos y maestros, la realización de sesiones de análisis en los planteles y la definición de un plan de trabajo en cada plantel para fomentar su participación.

En cuanto a la vinculación con sectores sociales y la iniciativa privada, se propone realizar un diagnóstico de las oportunidades para ello; señalar criterios de pertinencia para la mejora continua de la calidad de la educación; crear trayectos formativos que respondan a las necesidades específicas de dichos sectores en lo local y regional, y elaborar guías y documentos normativos en materia de vinculación.