En la dirigencia universitaria, los mismos vicios de la clase política
or qué, si llega una crisis de tal tamaño que es necesario relevar al secretario administrativo, no se llama al Consejo Universitario? La máxima autoridad puede resolver qué hacer no sólo sobre el caso del profesor Edmundo Guerrero, sino lo más importante: puede acordar algún camino que solucione el problema estructural que hace posible la corrupción en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ). ¿Por qué surgen esos casos de corrupción? Por debilidad institucional. Y para atender los problemas estructurales precisamente están constituidos los órganos colegiados. Sin embargo, en este caso, en el que evidentemente se requiere tomar decisiones que impacten en el funcionamiento de la totalidad de la institución, ¿por qué se obstaculiza la posibilidad de que el tema se examine en esa instancia para encontrar una solución de fondo al problema de la corrupción? Si ya apareció de manera ruidosa en esta ocasión, la posibilidad queda abierta para más casos en el futuro. ¿A qué le dan prioridad los dirigentes de la UAZ?
También es notorio lo que no ocurre: no se reúnen los directores de las unidades académicas para enfrentar este problema; no presentan iniciativas al máximo órgano de gobierno de la UAZ, del que (de oficio) forman parte. ¿Cuál es el motivo de su omisión? El mismo que los lleva a otros actos de omisión. Se preocupan únicamente de los asuntos particulares de sus centros de trabajo, abandonando todo interés por los temas generales. ¿No es mejor aplicar una visión común a los problemas generales? Esto último es propio de concepciones democráticas en la gestión de los problemas y sería la mejor forma de afrontar la crisis actual; sin embargo, no ocurre así debido a que la dirigencia universitaria en su conjunto ha venido reproduciendo los mismos vicios que tanto hemos señalado en la clase política mexicana, y está en camino de transformarse en un grupo que sólo actúa para fortalecer su red de complicidades y reproducir su control clientelar, alejado de todo interés institucional.