La Habana.

El director, documentalista, guionista, productor y actor alemán Werner Herzog inauguró este miércoles en Cuba una retrospectiva de su obra, a propuesta de la Cinemateca de este país caribeño.

Considerado uno de los fundadores del denominado nuevo cine alemán, el artista planea en su primera estancia en la nación caribeña exhibir algunas de sus realizaciones célebres e impartir una clase magistral, de entrada gratuita.

Según el especialista de la Cinemateca de Cuba, Antonio Mazón, la conferencia abierta al público está prevista para el 11 de marzo en el Cine 23 y 12, de esta capital, luego de la proyección del largometraje Signos de vida, filmado por el director en 1968.

En el mismo recinto, el miércoles el cineasta presentará al público otra de sus obras famosas: Aguirre, la cólera de Dios, de 1972.

Durante la visita a Cuba, Herzog acudirá a la Escuela Internacional de Cine y Televisión, localizada en la provincia de Artemisa, en el municipio San Antonio de Los Baños, para impartir un taller dentro de una de las maestrías ofertadas por la institución.

Fitzcarraldo, de 1982, le valió a Herzog el premio al mejor director en el Festival de Cine de Cannes, celebrado ese año, y entre numerosos lauros también posee el Alfred P. Sloan, concedido en el Festival de Cine de Sundance (2005).

Entre sus cintas más aplaudidas, además de las mencionadas, están Nosferatu, vampiro de la noche (1979), Cobra verde (1988), Donde sueñan las verdes hormigas (1984) y Grito de piedra (1991), entre otras.

Miradas a la realidad y al documental

Por otro lado, con miradas a la realidad y al documental en sí mismo continúa el 15 Festival Internacional del Género Cinematográfico, consagrado a la memoria de Santiago Álvarez, nacido el 8 de marzo de 1919.

Durante esta tercera jornada prosigue la competencia con la obra Shih, de los directores Bruno Zaffora y Rafael Ortega en una coproducción de España, México y Argentina; Rogelio Martínez Furé: un griot cubano, de Juanamaría Cordones-Cook, de Estados Unidos, que presenta también Alberto Lescay, alma y tierra.

Orike para Mendive, de la cubana Lourdes Prieto, y una exhibición especial de Mi hermano Fidel y La guerra necesaria, piezas de Álvarez relacionadas con el líder cubano, integran el programa, junto a Reina, las manos del alumbramiento, de Miguel A. Martínez, de México, e Interiores, del argentino Fito Pochat.

Los Centros Culturales Cinematográficos Cuba y Rialto, el Museo de la Imagen, la Plaza Aguilera y la Universidad Médica acogen las presentaciones de documentales en concurso y las muestras informativas, mientras en la Casa Dranguet se desarrollan las sesiones teóricas.

De Perú, el país invitado, pueden verse entre otras Responso para un abrazo, tras la huella de un poeta, de Nora de Izcue; No soy burro, pero me aburro, de Ana C. Sánchez, y Bajo la influencia, de Karina Cáceres, egresada de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños.

El homenaje a Fidel Castro ante el monumento que guarda sus cenizas en el cementerio de Santa Ifigenia ha sido uno de los momentos significativos de la cita, al que se sumó la celebración del cumpleaños 98 del relevante cineasta cubano.

Durante el festival, el presidente del Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográficos, Roberto Smith, destacó su trascendencia al promover ese género como arma de lucha de los pueblos, en tanto que la académica española Margarita Ledo exaltó el compromiso creativo de Álvarez con el documental.

Artífice de los Noticieros Icaic, declarados memoria del mundo por la Unesco, Santiago Álvarez dejó al fallecer en 1998 una vasta y renovadora obra que lo ha hecho trascender en la espiritualidad de los pueblos del mundo.