Si son aprobadas se vulnerarían derechos humanos
, afirma
Miércoles 8 de marzo de 2017, p. 7
Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano afirmó que las iniciativas de ley de seguridad interior se tienen que replantear antes de ser aprobadas, ya que las fuerzas armadas no están preparadas para cumplir tareas policiacas ni de investigación; por el contrario, señaló, en el país hace falta un cuerpo especializado que atienda y cumpla con estas funciones.
Indicó que sería muy grave que los legisladores las acepten, porque vulnerarían los derechos humanos y restarían al Ejecutivo la responsabilidad del Ejército. De acuerdo con la Constitución, las fuerzas armadas tienen la función de proteger la integridad territorial, la seguridad interna, y existe la capacidad, también expresada en la Carta Magna, de que el presidente puede echar la mano de éstas para enfrentar cualquier riesgo en caso de que estuviera amenazada la seguridad nacional
, dijo.
Pero también, agregó, se estarían dando a las fuerzas armadas “poderes reales que llevarían a fortalecer lo que le llamaríamos la militarización del país y con ello el atropello de derechos fundamentales de los ciudadanos y comunidades, porque esto es lo que hemos visto a lo largo de la historia cuando se militarizan los sistemas políticos.
Bien sabemos que hay desapariciones y asesinatos, acciones que violentan la ley, y de las que son sin duda responsables elementos de las fuerzas armadas. Me parece muy grave que con esta ley se quiera liberar de responsabilidad al titular del Ejecutivo haciendo que éstas se rijan por una ley distinta, aduciendo que con ellos se fortalecería y se arreglarían las cuestiones de seguridad interior
, precisó.
El senador Alejandro Encinas explicó que dicha ley no sólo da atribuciones a las fuerzas armadas para detener civiles, sino también investigarlos, allanar moradas y confiscar desde computadoras hasta bienes que encuentren en los cateos realizados en domicilios de particulares.
Por otra parte, indicó que México vive en un escenario profundamente deplorable. En todos los indicadores de gobernabilidad que pudiéramos analizar, vemos cómo la economía no solamente no crece, sino que está al borde de una recesión
.
Las expectativas de crecimiento económico para este año, en el escenario muy optimista, son de apenas 1.9 por ciento, muy por debajo de las de los países de Centroamerica, los cuales estarán creciendo cerca de 3.8 y 4 por ciento en promedio.
“Lo vemos muy difícil, más aun cuando sigue la precarización del trabajo y la caída del poder adquisitivo de los salarios, por la terquedad dogmática de no querer rectificar el rumbo de la economía. Lejos de favorecer el mercado interno, de alentar la producción en el campo, de establecer una nueva política de industralización en el país, se opta por el gasolizano, por incrementar las tarifas de la electricidad o el gas; se deja en plena indefensión al a ciudadanía”, señaló.