Pide a los comités de inteligencia abrir una indagatoria sobre espionaje en la Torre Trump
James Comey, director de la FBI, asegura que no hay evidencia que sustente la acusación
El presidente no se va a retractar de sus dichos, dice la subsecretaria de prensa del gobierno
Lunes 6 de marzo de 2017, p. 26
Nueva York.
Un día después de que el presidente Donald Trump acusó al ex mandatario Barack Obama de espiar sus comunicaciones privadas justo antes de la elección, la Casa Blanca solicitó este domingo que los comités de inteligencia del Congreso abran una investigación sobre el abuso
de poder, lo que alimenta el ataque sin precedente de un mandatario contra su antecesor.
Sean Spicer, vocero de la Casa Blanca, afirmó este domingo que la información sobre investigaciones potencialmente motivadas políticamente
de Trump ordenadas por Obama es muy perturbadora
. En una declaración, el vocero informó que Trump está solicitando que como parte de su investigación sobre la actividad rusa, los comités de inteligencia (de ambas cámaras) del Congreso ejerzan su autoridad de supervisión para determinar si se abusó de las facultades de investigación del Poder Ejecutivo en 2016
.
Sin ofrecer ningún detalle sobre la información que supuestamente tienen, ni prueba alguna sobre las extraordinarias acusaciones contra Obama, Spicer concluyó que ni la Casa Blanca ni el presidente comentarán más hasta que sea realizada la supervisión
.
En esencia, la acusación explosiva de Trump es que Obama y su gente impulsaron un complot para descarrilar a su sucesor.
La tarde de este domingo el director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), James Comey, solicitó al Departamento de Justicia –o sea, a sus jefes– que públicamente rechace la afirmación de Trump de que Obama ordenó la intervención de sus teléfonos, ya que es falsa, no hay evidencia para apoyarla e insinúa que la FBI podría haber violado la ley, reportó esta tarde el New York Times citando a altos funcionarios del gobierno. No hay comentario oficial sobre esto, pero la solicitud, si fuera aceptada, coloca al Departamento de Justicia en una situación en la cual estaría afirmando que el presidente miente.
Este último capítulo del atropellado y espectacularmente caótico arranque del gobierno de Trump se abrió temprano el sábado, cuando el presidente sorprendió al mundo al publicar una serie de tuits acusando a su antecesor de intervenir sus comunicaciones en la Torre Trump en esa ciudad al culminar la contienda presidencial: ¡Terrible! Acabo de enterarme de que Obama intervino mis comunicaciones en la Torre Trump justo antes de la victoria. No encontró nada. ¡Esto es macartismo!
Poco después, agregó: Cuán bajo ha caído el presidente Obama escuchando mis llamadas durante el muy sagrado proceso electoral. Esto es Nixon/Watergate. ¡Tipo malo (o enfermo)!
Este domingo, el ex director de inteligencia nacional James Clapper negó la existencia de cualquier orden de espiar la Torre Trump. En la revista de noticias de NBC Meet the Press afirmó que no existió tal actividad de intervención (telefónica) montada contra el presidente electo en ese tiempo, o cuando era candidato o en contra de su campaña
. Negó a la vez que existiera una orden judicial para autorizar tal actividad.
Desde el sábado voceros de Obama rechazaron la acusación afirmando que nunca ordenaron la vigilancia de ningún ciudadano estadunidense
.
La ausencia de pruebas o detalles hizo que periodistas buscaran de dónde estaban brotando estas versiones, y descubrieron que circulaban en algunos medios derechistas, incluido Breitbart News, el sitio cibernético antes dirigido por el estratega de la Casa Blanca Steve Bannon, donde entre otras cosas se manejaba el rumor de un golpe de Estado silencioso
contra Trump por integrantes del gobierno de Obama.
Las acusaciones de Trump fueron acompañadas por intentos de descalificar, una vez más, el creciente escándalo sobre los engaños e intentos por encubrir las relaciones de varios integrantes claves del equipo de Trump con funcionarios rusos, asunto bajo investigación de agencias de inteligencia, la FBI y los dos comités de inteligencia del Congreso. En particular, las revelaciones de esta última semana de que el procurador general Jeff Sessions no reveló durante sus audiencias (bajo juramento) de ratificación por lo menos dos contactos con el embajador ruso en 2016 en Washington han creado otra crisis política potencial para la Casa Blanca. No es delito que un senador se entreviste con embajadores, pero mentir sobre ello bajo juramento es potencialmente perjurio.
Sin embargo, es posible que las versiones sobre vigilancia electrónica de Trump y su círculo íntimo tengan que ver con información en torno a la investigación de varias agencias del gobierno sobre la interferencia rusa en la contienda electoral, algo que sería manejado de manera autónoma por la presidencia.
La tarde de este domingo, la subsecretaria de prensa de la Casa Blanca Sarah Huckabee Sanders, quien reporta a Spicer, indicó que la Casa Blanca no está pensando retroceder en su acusación contra Obama, y afirmó que Trump tiene suficiente información para pensar que algo grave ha sucedido, y que si tiene razón sería el abuso más grande de poder que hayamos visto y un enorme ataque contra la democracia misma. Y el pueblo estadunidense tiene el derecho de saber si esto ocurrió
.
Los jefes de ambos comités de inteligencia, el senador Richard Burr, y el diputado Deven Lunes (ambos republicanos), emitieron comunicados poco específicos indicando que indagarán la evidencia sobre este asunto.