Jueves 2 de marzo de 2017, p. 10
Ivette Melissa Flores desapareció en octubre de 2012 en la ciudad de Iguala, Guerrero, cuando tenía 19 años de edad; su madre, Sandra Luz Román, dice tener indicios
de que su hija sigue viva y fue secuestrada por una red de trata de personas.
Durante más de cuatro años, fotografía en mano, ha recorrido varios estados en una búsqueda sin descanso, junto a otras madres que no encuentran a sus familiares y que decidieron, ante la negligencia y complicidad de las autoridades, formar el colectivo Los Otros Desaparecidos de Iguala, surgido tras la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa. Me ha dicho gente que conocemos que la han visto, primero en Taxco, y hace un año en Sinaloa, pero nada
.
La insistencia de buscar a su hija y la presión del colectivo logró que la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada de la Procuraduría General de la República (PGR) colocara cuatro espectaculares en ciudades de Guerrero, como Iguala, Chilpancingo, Acapulco y Taxco, y otros en el estado de México, en los que ofrece hasta 1.5 millones de pesos de recompensa por su localización.
Ya son más de cuatro años de búsqueda sin descanso, pero sin resultados. Las autoridades no investigan, somos nosotras, las familias, las que hemos hecho esa tarea
, dice Sandra Luz Román, quien se vio obligada a huir de su tierra ante las constantes amenazas de muerte para que deje de buscar a su hija, dejando atrás propiedades y bienes, y convirtiéndose en una persona desplazada. Hoy omite indicar su lugar de residencia.
Asesorada por la organización I(dh)eas Litigio Estratégico en Derechos Humanos, Sandra Román ha solicitado infructuosamente que la PGR le otorgue medidas de protección solicitadas desde 2015, a pesar de que su situación ha sido considerada de alto riesgo
.
En entrevista, dijo que colectivos de familiares de desaparecidos realizarán del 12 al 28 de mayo la Primera Búsqueda en Vida de Mujeres Desaparecidas y recorrerán San Luis Potosí, Zacatecas, Coahuila y Nuevo León.
Explicó que hasta ahora las búsquedas de personas desaparecidas se han dado esencialmente en fosas clandestinas ubicadas en lugares apartados, pero por primera vez buscarán en lugares donde se presume existe trata de personas.
A mí me han mandado decir que ella (Ivette) está bien, que no me preocupe, que ya no haga tanto escándalo, que en dos o tres años va a regresar a la casa. Es un sufrimiento constante no saber dónde está y estar pensando si la mataron o sigue viva
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