Las obras en las que hay números de danza fuertes es lo que mantiene a una compañía en estado físico, afirma Mario Galizzi, director de la Compañía Nacional de Danza (CND), quien a pocos meses de asumir el cargo traerá los cuatro actos de El lago de los Cisnes al Palacio de Bellas Artes en una temporada que comenzará el 4 de marzo.

Esta es la primera ocasión que la CND interpretará la obra completa de Piotr Chaikovski.

Esta pieza no se encontraba en el repertorio de la compañía, toda vez que es diferente a la versión de la isleta del lago menor de Chapultepec. Algo que llamó la atención de Galizzi, cuando llegó a la agrupación, fue que una “compañía como ésta, con esta trayectoria, tenga obras como Romeo y Julieta y que no tuviera un Lago de los cisnes como corresponde”.

La que se presentará en Bellas Artes es la historia completa, los cuatro actos, aunque con una adecuación temporal: se presentarán los dos primeros actos, luego el intermedio y después los otros dos. En la versión original son tres entreactos, lo que representa una hora más de espectáculo y se rompe un poco la atención sobre la historia. Hay un entreacto por una cuestión lógica que tiene que haber también por los bailarines.

Deuda saldada

Presentar esta obra completa era una deuda que necesitábamos saldar de una buena vez y que espero que hagan durante muchos años, aunque yo ya no esté no importa, se la estoy donando a la compañía, añade Galizzi, quien es responsable de la versión coreográfica sobre la original de Marius Petipa y Lev Ivanov.

Las obras que deben estar en una compañía son los tres grandes clásicos, “los que llamo los tres Chaikovski: El lago de los cisnes, La bella durmiente y El cascanueces son las obras cumbres por Chaikovski y por Petipa, son obras donde mantiene a toda la compañía en un training de exigencia fuerte no sólo a los primeros bailarines, sino a la compañía completa.

“Obras en las que hay números de danza fuertes, importantes, y es lo que mantiene a una compañía en estado físico; por eso es que tiene que estar en el repertorio todos los años. El lago de los cisnes es como la danza madre, y luego todo lo demás, como lo que va a venir después que vamos a hacer Manon en junio”.

–¿Cuál fue la respuesta de los bailarines en el momento en que presentó esta propuesta?

–Creo que ellos están felices. Me doy cuenta, no hablo mucho –sólo en los ensayos o clases–, pero se ve que están contentos. Uno ve que están haciendo algo que les gusta, que es técnica clásica y fuerte, con lucimiento y buena música, como que cierra para ellos algo muy importante, y ni qué decir de los primeros papeles, que son difíciles: una Odette no es fácil.

En esta puesta de El lago de los cisnes, cuyos actos dos y tres se estrenaron en la Feria de León, participan todos los integrantes de la compañía. Me faltan bailarines. Somos 70 en este momento. Eso es también un reto, porque durante las funciones, que generalmente es lo que pasaba en Chapultepec, tienen lesiones, es normal. Para estas obras la compañía está chica a mi criterio. En otras épocas creo que era más grande, no sé cuántos, pero sé que había más bailarines. También está la Escuela Nacional de Danza Clásica y Contemporánea y la Academia de la Danza Mexicana como apoyo. En las giras es terrible cuando se enferma alguno.

–Su trabajo en la CND es reciente; sin embargo, ¿cuál es su evaluación?

–Desde que estoy a cargo noté una cosa muy fuerte de ellos, de querer hacer cosas. Todos están en muy buen nivel y veo un compromiso con la compañía muy fuerte.

Además de Manon, en la que el desafío es también actoral, Galizzi tiene otro: definir las obras clásicas que deben mantenerse en el repertorio y que son la base, y después ir a lo actual, crear obras de danza. No se trata de traer las que hayan sido estrenadas por otras compañías, sino que los coreógrafos creen algo para la CND. Estoy encargando una obra a Demis Volpi, coreógrafo residente de Stuttgart, quien estuvo acá viendo la compañía, y que se exprima su cerebro para que me haga algo y lo está haciendo.

–¿Es sacar a la compañía de su zona de confort y llevarla a otro nivel?

–Claro. Ellos están esperanzados en eso, pero también depende de la dirección y los presupuestos, pues hay clásicos que no hay que reponerlos, pero si no tenemos otra cosa, se hace; la compañía no se puede quedar sin bailar.

El lago de los cisnes se estrena el 4 de marzo con funciones a las 13 y 19 horas. El domingo a las 17 horas, el martes 7 y jueves 9 a las 20 y el sábado 11 a las 19 horas.