Los 26 mil 970 millones de dólares de remesas que recibió México durante 2016, mayor reportado en la historia del país, fueron ponderados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) como uno de los factores que impulsaron el consumo nacional y, por tanto, el mercado interno.

La dependencia insistió en que, pese a la volatilidad de los mercados financieros internacionales, el débil dinamismo del comercio internacional y los bajos precios del petróleo, el crecimiento económico de México fue de 2.3 por ciento real anual en 2016, cifra superior a la dada a conocer en naciones tanto emergentes como desarrolladas.

Si bien enlistó diversos elementos que contribuyeron a dicho crecimiento, mencionó en primer lugar el flujo de remesas. El dinero que los mexicanos en el extranjero enviaron a sus familias aumentó tanto en pesos como en dólares, indicó. En términos anuales la cifra creció 8.8 por ciento, lo que implicó el mayor incremento anual de los últimos 10 años. Empero, porcentualmente aumentaron menos de la mitad respecto del incremento de 17.9 por ciento que tuvieron en 2006, según estadísticas mostradas por Hacienda.

En 2015 el aumento anual de remesas fue de sólo 4.8 por ciento y en 2014 de seis, mientras en 2013 y 2012 cayeron 0.y 1.5 por ciento, respectivamente. Durante 2011 crecieron 7 por ciento, en 2010 en 5 y en 2009, año de la crisis financiera, tuvieron un desplome de 15.3. También cayeron en 2008, pero sólo en 3.5 por ciento. En 2007 aumentaron 1.9 por ciento y en 2006 se dispararon 17.6.

La SHCP señaló que en el impulso al mercado interno también contribuyó el incremento de 10.6 por ciento de los créditos que la banca comercial otorgó al sector privado el año pasado, cuyo monto total se ubicó en 3 billones 624 mil millones de pesos.

Mencionó también la creación de 732 mil 591 puestos de trabajo formales en 2016, incremento anual de 4.1 por ciento, de los cuales 88.7 por ciento fueron permanentes, el mayor registro en 20 años.

En cuanto a salarios, sostuvo que aumentaron 1.15 por ciento en términos reales y contractuales, lo que representa la mayor alza desde 2001.