No debemos permanecer en silencio ante esas tendencias
, señala el organismo
Miércoles 22 de febrero de 2017, p. 12
El secretario general de Amnistía Internacional (AI), Salil Shetty, advirtió que no pocos líderes y movimientos políticos en el mundo están propagando abiertamente un peligroso discurso de odio y discriminación, que implica desde su visión que algunas personas son menos humanas que otras, y por ello sin derechos.
En un mensaje distribuido en vísperas de que hoy la organización internacional presente su informe 2016/17 sobre la situación de los derechos humanos en 156 países y territorios del planeta, señala que el reporte muestra las consecuencias reales de esta visión, que van desde personas refugiadas que viven en un limbo de miseria, hasta campañas represivas de seguridad descontroladas y dirigidas contra determinados grupos por su religión o su etnia
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Cita las atrocidades en masa cometidas en Siria, sin que el mundo responda adecuadamente. Pero también indica que en las primeras semanas de la presidencia de Donald Trump en Estados Unidos se ha visto cómo el país más poderoso intentaba incorporar a su política la demonización de las personas musulmanas y refugiadas
.
Sin embargo, destaca que el informe de AI no sólo muestra este aumento en el discurso del odio, sino también da cuenta de otra historia: la de la resistencia.
En todos los rincones del mundo la gente se sacude de encima el fatalismo y lanza un desafío, enfrentándose a los gobiernos y pidiéndoles cuentas
, señala Shetty, de nacionalidad india y secretario general de AI desde junio de 2010.
Distribuido aquí por AI México, el mensaje expresa que hasta hace poco tiempo se hubiera considerado demasiado sensacionalista comparar los actuales acontecimientos políticos con los peligrosos días de la Europa de la década de 1930. Hoy se formula abiertamente la pregunta: ¿estamos volviendo al mismo clima de peligro que precedió a la Segunda Guerra Mundial?
Reconoce, además, que esta no es la primera vez que se ven este tipo de políticas disgregadoras y tóxicas. Pero si alguna lección debemos aprender de la historia es que no podemos permanecer en silencio ante estas tendencias. Para hacer frente a la política del odio, debemos desafiarla
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Por ejemplo, cita que en las costas europeas del Mediterráneo ciudadanos de a pie demostraron una solidaridad que les faltaba a sus líderes. Mientras los gobiernos europeos dejaban ahogarse en el mar a los refugiados, los habitantes de las islas griegas, nominados el año pasado para el Premio Nobel de la Paz, les abrieron las puertas de sus hogares y de sus corazones.