Presenta en México la situación de Ligia Ceballos Franco
Viernes 17 de febrero de 2017, p. 14
Amnistía Internacional (AI) presentó ante la Procuraduría General de la República (PGR) el caso de Ligia Ceballos Franco, quien descubrió que había sido entregada a su familia mexicana tras haber sido separada de sus padres biológicos en España durante la época del franquismo. La organización tiene evidencias que podría tratarse de un caso de bebé robado.
Algunos de los casos de bebés robados –hasta 2012 se tenían 2 mil 83 denuncias, aunque se estima que el número podría llegar a 30 mil– podrían ser constitutivos de desaparición forzada, pero las investigaciones realizadas en España no han fructificado ni tampoco han contemplado su posible encuadre como crímenes de derecho internacional, por lo que las víctimas se ven obligadas a buscar justicia en otros países.
En conferencia de prensa, los directores de Amnistía Internacional México y de España, Tania Reneaum y Esteban Beltrán, respectivamente, informaron que existen numerosos indicios de que Ligia Ceballos, presuntamente registrada el 29 de mayo de 1968 como María Diana Ortiz Ramírez, en España, pudo haber sido sustraída de su familia biológica y entregada en adopción un mes después, con el consentimiento de las autoridades españolas, a través de la intermediación de la Diputación de Madrid y con la asistencia del arzobispado de Madrid, y donde también estaría involucrado el entonces arzobispo de Mérida, Yucatán, Manuel Ruiz Solórzano.
En la querella presentada, AI solicitó a la PGR en México que inicie, sin dilación, una investigación exhaustiva sobre este caso para aclarar si se trata de un caso de desaparición forzada, ayude a Ligia Ceballos a buscar a su familia, restablecer su identidad biológica y el vínculo familiar.
En tanto, al Estado español se le pidió también que colabore plenamente con las solicitudes de cooperación que emitan los tribunales mexicanos cuando decida investigar el caso.
Por su parte, Ligia Ceballos Franco, cuyo abuelo materno fue gobernador de Yucatán –Agustín Franco Aguilar, entre 1958 y 1964–, informó que supo de estos hechos hace 15 años y que durante todo este tiempo ha buscado infructuosamente a sus padres biológicos.