El jefe del Pentágono acusa a Rusia de interferir en procesos electorales de varios países
El titular del Departamento de Estado exige al Kremlin cumplir con los acuerdos de Minsk
Viernes 17 de febrero de 2017, p. 29
Moscú.
En lo que se está convirtiendo en una desagradable vuelta a la realidad, que cada día resta motivos para el optimismo de cara al futuro de la relación bilateral, Rusia recibió este jueves una nueva muestra de la hostilidad en su contra, la cual empieza a prevalecer en las declaraciones de altos funcionarios del gobierno de Estados Unidos.
Por partida doble, el jefe del Pentágono, James Mattis, y el secretario de Estado, Rex Tillerson, dijeron lo que el Kremlin pensó que no tendría que oír, basándose en el discurso electoral del candidato en campaña y ahora presidente Donald Trump.
Al hablar en Bruselas ante sus colegas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Mattis señaló que no tiene ninguna duda de que Rusia ha interferido o ha intentado alterar los procesos electorales de varios países
y, por ahora, no ve posibilidad alguna de cooperar con Rusia en el plano militar, con lo cual puso en entredicho que se esté negociando llevar a cabo una operación conjunta contra el llamado Estado Islámico en Siria.
“Primero –enfatizó el titular del Pentágono– Rusia tiene que demostrar que se puede confiar en ella, y cumplir las promesas hechas a la OTAN”.
La víspera, Mattis recomendó enfático hablar desde posiciones de fuerza
con Rusia, como explicó que instruyen con realismo a los diplomáticos que van a negociar el posible restablecimiento de relaciones de socios entre ambos países.
Su homólogo ruso, Serguei Shoigu, no tardó en responder: Estamos dispuestos a restablecer la cooperación con el Pentágono. Pero carecen de sentido los intentos de mantener desde posiciones de fuerza el diálogo con Rusia
.
Tampoco salió muy contento el canciller Serguei Lavrov de su primer encuentro con su colega estadunidense, Rex Tillerson, cita concertada en Bonn al margen de la reunión de ministros de Relaciones Exteriores del G-20, foro que reúne a países ricos y emergentes.
Tillerson abrió el encuentro con una de las exigencias recurrentes del anterior mandatario de EU, Barack Obama: Esperamos que Rusia cumpla los acuerdos de Minsk (sobre un arreglo político del conflicto en el vecino país eslavo) y contribuya a rebajar la violencia en el este de Ucrania
.
Lavrov, en respuesta indirecta a Mattis, insistió en que Rusia no se entromete en los asuntos internos de otros países
y calificó su conversación con Tillerson de pragmática, franca
. Afirmó: tenemos intereses comunes, sobre todo en la lucha contra el terrorismo
.
Tillerson replicó: Estados Unidos considera posible trabajar con Rusia únicamente en aquellos ámbitos de cooperación práctica que reporten beneficios a los estadunidenses
.
Y para que nadie tenga dudas, subrayó: cuando no estemos de acuerdo, Estados Unidos va a defender su intereses y sus valores, así como los de sus aliados
.
No sorprende que, ante la falta de señales halagadoras desde Washington, el presidente Vladimir Putin, al hablar esta tarde en la reunión anual de la plana mayor del Servicio Federal de Seguridad, no se refirió a las perspectivas de mejoramiento de los nexos entre Moscú y Washington, limitando al combate del terrorismo
la conveniencia de restablecer los contactos con los servicios secretos de Estados Unidos y de otros países de la OTAN.
A la vez, Putin retomó parte del discurso que solía usar para atacar a la administración de Obama, en el sentido de que se han incrementado los intentos de los servicios secretos extranjeros de entrometerse en nuestros asuntos internos para desestabilizar la situación política y social en Rusia
, mientras la OTAN siempre ha tratado de provocarnos y de empujarnos hacia la confrontación
.