La presidenta del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Sylvia Schmelkes del Valle, lamentó la detención en Estados Unidos del dreamer David Ramírez, pero también advirtió que las escuelas mexicanas pueden enfrentar una presión muy fuerte sobre su capacidad instalada, con la posible llegada de miles de jóvenes que demanden un espacio, en particular en el bachillerato.

En entrevista previa a la presentación en México del libro DOCAT ¿Qué hacer?, Doctrina Social Cristiana para Jóvenes, destacó que tenemos que estar preparados para lo peor, porque es posible que esto dure uno o varios años, y tendremos que tomar medidas emergentes.

Afirmó que tiene confianza de que nuestras autoridades están totalmente dispuestas a hacer lo que se puede con lo que se tiene, y si con eso no alcanza, a tomar medidas emergentes: abrir las universidades, las iglesias y las fábricas, y conseguir personas que voluntariamente quieran enseñar para que este problema se pueda atender.

Alexandra Haas Paciuc, titular del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), también manifestó preocupación por los dreamers, pues al no estar en situación migratoria segura, sino que voluntariamente se acercaron a las autoridades que les dieron una especie de alivio migratorio, mientras cumplieran con ciertos requisitos como la edad y ser estudiantes, por ejemplo.

Tras la presentación del libro sobre discriminación Nada sobre nosotros sin nosotros, señaló que la situación de estos jóvenes al proporcionar sus datos a las autoridades de Estados Unidos se torna más vulnerable, si fuera el caso de que realmente se hiciera una política de persecución hacia ellos.

Añadió que esta cuestión se suma al estrés y tensión que viven a diario, porque independientemente del estatus migratorio, personas con o sin papeles, también son hijos de indocumentados.

(Con información de Jessica Xantomila)