En una ladera del paraje Tecalco, en la zona alta del Parque Nacional Los Dinamos, en la delegación Magdalena Contreras, montículos de hojarasca esconden decenas y decenas de pequeños árboles.

Sólo es necesario rascar un poco para descubrir los envoltorios de oyameles, algunos ya secos y muertos; otros , con algún grado de humedad.

Félix Mendoza, campesino de esta demarcación, asegura que esa especie arbórea formaba parte del programa de reforestación que pusieron en marcha las autoridades delegacionales de junio a septiembre del año pasado, cuya meta era plantar 30 mil.

En un recorrido por ese paraje –ubicado entre el tercer y cuarto Dinamos– se corroboró que en uno de los caminos se encuentran los montículos de hojarasca, bajo los cuales están enterrados –en su opinión, desde hace varios meses– los oyameles. Es precisamente en una de las laderas del río Magdalena que al remover la tierra van saliendo paquetes de 10 árboles, de aproximadamente 20 centímetros de altura, envueltos con plástico de emplayar; otros, en lo individual, en bolsas negras y listos para su siembra. Ahí por lo menos se contaron 200 ejemplares arbóreos.

Todos eran para reforestar varios parajes, como el del cerro Las Palomas, Los Pericos, Tecalco... pero si acaso sembraron 500 arbolitos. Son muchos... el resto los dejaron morir aquí y en no sé cuantos lugares más, afirmó Mendoza.

Seguro de su dicho, añade: Yo nací aquí, aquí crecí, tengo 55 años y me conozco como la palma de mi mano todos estos parajes, que son bienes comunales, y no es cierto que haya una reforestación de 30 mil árboles.

Para dejar constancia de esa situación, guía el recorrido por algunos de los parajes. Uno está ubicado cerca de 30 metros de donde yacen los oyameles muertos. Muestra que en una vasta zona están cerca de 50 pequeños árboles.

Dicen que sembraron miles de arbolitos, y no es cierto, y no se vale que dejen a la planta ahí abandonada... son oyameles, que son una de las especies más delicadas y el mejor que puede haber aquí; llegan a crecer de 25 a 30 metros, y son los que se tienen en esta parte del segundo y tercer Dinamos, remarca el campesino y líder comunal.

Afirma que los caminos del primero al cuarto Dinamos los recorre mínimo dos veces por semana, por lo que fue testigo cuando en junio del año pasado iniciaron las autoridades delegacionales a sembrar los oyameles, pero asegura que fueron sólo algunos los que llegaron a esa etapa, el resto han de estar por ahí muertos y enterrados, como los del paraje Tecalco, los cuales encontró en fechas anteriores, pero no tenía a quién acudir o a dónde denunciar.