La cultura es la mejor arma contra los fundamentalismos, afirma el titular de esa cámara
Jueves 9 de febrero de 2017, p. 3
Ante los difíciles y complejos momentos que vive el país, entre embates absurdos e incertidumbre económica interna que no favorecen el mercado del libro ni a las industrias culturales, los editores enfrentamos con creatividad los retos para seguir llevando a los anaqueles contenidos diversos y plurales para lectores de todo tipo, no podemos detenernos
, dijo Carlos Anaya Rosique, presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem).
Durante la presentación del programa de actividades de la edición 38 de la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería (FILPM), el también director de producción de Grupo Noriega Editores resaltó que tenemos una cultura que podemos mostrar con orgullo a todo el mundo; es nuestra mejor arma contra los fundamentalismos
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La FILPM, prosiguió, es un referente para quienes se dedican al mercado del libro, pues se trata de la fiesta de la lectura más importante de la Ciudad de México
. Recordó que ese encuentro fue el primero de la amplia gama de ferias libreras que se desarrolla en el país, las cuales se han convertido en vehículo de circulación y comercialización editorial indiscutible, así como en un mecanismo de convivencia social
.
En 2016 la feria de Minería generó una facturación, a los agremiados a la Caniem, de poco más de 20 millones de pesos, cifra que se ha mantenido igual los recientes cinco años
, informó Anaya.
Explicó que las editoriales, grandes y pequeñas, “hacen un esfuerzo muy importante para estar aquí, para que los lectores conozcan sus fondos, sus propuestas y contenidos. La situación económica del país, el tipo de cambio, los altos costos de los insumos son, entre otros, una amenaza para la existencia de espacios de convivencia, de comercialización y de intercambio cultural como éste.
Las políticas de racionalización económica impiden que se reconozca la cultura como una industria cultural generadora de bienes intangibles y que, por tanto, quieran que corra la misma suerte de ganancias netas, de beneficios monetarios.
Por eso, la FILPM debe privilegiar el valor intangible de su acción por sobre otros criterios. Tenemos que brindar opciones al alcance de todos y con todas las ofertas de lectura, la de los grandes grupos y la de los pequeños sellos editoriales. Ese es el papel de una feria universitaria
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Por abrir más librerías
Desde su primera edición, hace 38 años, la Caniem apoya la realización de la feria de Minería, pues es pionera, dijo Carlos Anaya, una fiesta en la que siempre queremos estar, donde se adquieren más de 250 mil ejemplares y 56 por ciento de los asistentes compran más de un libro. El lector encuentra títulos que muchas veces no pasan por los circuitos comerciales tradicionales
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Anaya lamentó la creciente desaparición de librerías; por eso, “no debemos dejar de lado que las ferias están sustituyendo a los libreros y sus mercados. Pero hay regiones del país donde no hay una sola librería. Poner en operación políticas públicas que auspicien y rescaten a las librerías tradicionales, a las librerías de barrio, provocará un sólido eslabón que beneficiará a los integrantes de la cadena productiva de la industria editorial y, sobre todo, a los lectores.
Es el momento de voltearnos a mirar a nosotros mismos e incentivar el mercado interno en todos los órdenes productivos
, concluyó el editor.