Bucarest. Medio millón de rumanos se manifestaron ayer por la noche en la sexta jornada consecutiva de protesta contra el gobierno, pese a que derogó el decreto que despenalizaba delitos de corrupción, detonante de las protestas. Las estimaciones de cadenas televisivas hablaban de entre 200 mil y 300 mil manifestantes en Bucarest, 45 mil en Cluj-Napoca y 40 mil en Timisoara. Se reportaron más movilizaciones en otras ciudades y poblados del país. Muchos de los manifestantes exigen la renuncia del gobierno socialdemócrata de Sorin Grindeanu. Renuncia y ladrones, gritaban en Bucarest los manifestantes. El primer ministro socialdemócrata Sorin Grindeanu descartó renunciar y dijo en una entrevista por televisión que tiene una responsabilidad hacia la gente que votó por su partido en las elecciones legislativas del 11 de diciembre. El gobierno aprobó el proyecto de derogación del decreto, anunció el Ejecutivo socialdemócrata, cuyos ministros participaron este domingo en una reunión extraordinaria frente al mayor movimiento de protestas desde la caída del comunismo en 1989. El decreto fue aprobado el pasado martes por el gobierno sin pasar por el Parlamento, y desde entonces entre cientos de miles salieron todas las noches a las calles para protestar.