En cuanto al arte, en esta nación se generan cosas importantes, afirma el pintor vasco
Arqueología citadina, entre lo orgánico y lo sintético se exhibe en Galería Curie #10
Desde aquí también logró proyección internacional, pues ha expuesto en su país natal, Chile y Ecuador
En la Ciudad de México todavía se puede generar cierta contemplación en el espectador
, expresó
encontré libertad para reivindicar mi trabajo desde mi barroquismo, añadió el dibujante y pintor en entrevista con La Jornada Foto Juan Carlos Ruiz/ Argazki Press
Lunes 6 de febrero de 2017, p. 8
México, en el ámbito internacional, es un lugar que se respeta cuando de cultura se habla, pues aquí siempre se generan cosas importantes
, considera el artista vasco Gorka Larrañaga (Azkoitia, 1974).
Un recuento del trabajo que el pintor ha realizado la reciente década en el país se presenta en la exposición Arqueología citadina, entre lo orgánico y lo sintético, que preparó la galería Curie #10, con apoyo del curador mexicano Guillermo Clemente Ruiz.
Se trata de mostrar la historia artística mexicana de Larrañaga, no como retrospectiva; la palabra suena muy fuerte. Es una mirada atrás para cerrar un ciclo al compartir los resultados formales que he tenido también en la gestión de espacios culturales
, explica el artista.
Gorka Larrañaga llegó a la ciudad de México en febrero de 2006. A partir de ese momento realizó desde intervenciones y exposiciones hasta encuentros y gestión cultural, sobre todo en su propio espacio, Casa Galería, siempre partiendo de la experimentación formal y la investigación sobre la imagen contemporánea.
Narra que antes de su experiencia mexicana tenía ciertos complejos respecto del arte contemporáneo, los cuales confundían mi quehacer como hacedor de imágenes
. En México, añade, encontré libertad para reivindicar mi trabajo desde mi barroquismo
.
La pintura, el dibujo, la instalación de cajas de luces fueron algunos de los medios que ofrecieron a Larrañaga la oportunidad de indagar en la imagen para dejarla hablar por sí misma. “Crecí mucho como artista profesional, encontré campo donde expandirme, sobre todo por mi forma de generar y entender la imagen, pues vengo del cómic, de la televisión, de la influencia de artistas como Oteiza y Chillida.
Al llegar a México y conocer la fuerza que tienen las imágenes también reivindiqué el dibujo como herramienta del arte contemporáneo para seguir investigando y saber posible estar en una ciudad como esta, donde todavía se puede generar cierta contemplación en el espectador; es decir, el acto contemplativo.
El catedrático y pintor vasco Jesús Meléndez escribe que Gorka Larrañaga “trabaja a partir de la mirada sobre el entorno, rescatando pequeños ‘pedazos’ del tránsito cotidiano en la ciudad, como los objetos de consumo rápido o cháchara. El trabajo del artista convierte esa cháchara en imagen mediante diferentes procesos de manipulación e intervención. Las reflexiones van hacia utilizar esos elementos de consumo en un nuevo juego proyectivo, a partir de un medio como la pintura. La acumulación, el desequilibrio, la asimetría, el alto ritmo visual, el contraste o lo bizarro son algunas de las constantes formales en su trabajo”.
Estar en México también sirvió al artista para proyectarse a escala internacional, pues desde aquí se organizaron exposiciones en Chile y Ecuador, sin faltar su natal País Vasco.
Trabajar rumbo a nuevos lugares
Lo que sigue ahora, añade, es seguir experimentando a partir de las conclusiones que presento en la exposición, para llegar a nuevos lugares, seguir trabajando, seguir buscando cosas nuevas, sin dejar, por supuesto, la Ciudad de México
.
En la muestra Arqueología citadina, entre lo orgánico y lo sintético se presentará también un libro formado por algunos de los trabajos mas representativos del artista en 10 años de producción. Uno de los textos incluidos en ese volumen es de la joven curadora mexicana Inés Maldonado Cabañas, quien señala lo siguiente: Para Gorka, el arte no es únicamente teoría, ni exclusivamente la expresión material de emociones e intuiciones. Lo físico ha vencido a lo conceptual sin restarle importancia, y el espectador es capaz de leer las imágenes del artista sin necesidad de leer (este) texto, acción de un grado de complejidad que refleja el conocimiento de su oficio, siendo que, aun con la existencia de un sustento teórico que justifica cada pieza, ésta se pospone por una técnica que habla por sí sola
.
Algunas de las obras expuestas pertenecen a colecciones dispersas en el País Vasco, Ecuador y Chile, por primera vez se exponen juntas en una sola exhibición.
La exposición permanecerá abierta hasta el 2 de marzo en la galería de la calle Curie 10, en la colonia Anzures.