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Afirma que pese a los costos, seguirá con su estilo de boxear

Bandido Vargas lamenta haber perdido título por vieja herida

Lesiones no sólo ponen en peligro la carrera, sino la vida: médico

 
Periódico La Jornada
Martes 31 de enero de 2017, p. a12

Francisco Bandido Vargas temía que la herida añeja del párpado izquierdo se volviera a abrir. Y se abrió. Eso le costó la pelea y el título superpluma del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) ante Miguel Berchelt, el sábado pasado en Indio, California. La cortada lucía espeluznante al final de la pelea. La sangre terminó por cegarlo y para mayor dramatismo dejó manchada la camisa del réferi, quien detuvo la pelea en el undécimo asalto para decretar nuevo campeón a Berchelt.

La cortada suele abrirse en el rostro del Bandido, acostumbrado a ganar a costa de comer una cantidad asombrosa de golpes y a terminar batido en sangre. Un estilo de kamikaze, pero con el que consiguió el título en noviembre de 2015 ante Takashi Miura.

Yo sabía que podía volver a abrirse en cualquier momento, aunque pensé que ya había sanado bien de esa herida, porque dejé de pelear por seis meses, también sabía que estaba sensible, recuerda el Bandido, cuyo combate anterior fue en junio de 2016 y resultó también una carnicería ante Orlando Salido.

Vargas sintió cuando la cicatriz cedía de nuevo y empezaba a sangrar. Me di cuenta de que iba a tener problemas, por la sangre que no me dejaba ver, porque el réferi empieza a mandarme con el médico para que me revise; con todo eso ya no te puedes concentrar y empiezas a preocuparte.

El Bandido no habla mucho dos días después de ese combate. Aunque dice tener el ánimo estable, reconoce la tristeza de haber perdido el título, que sólo duró poco más de un año, y con eso se estropearon algunos planes. Hay que remontar tras perder un campeonato. Pero lo que más le pesa es que la derrota fue por esos tajos que desde antes eran motivo de preguntas sobre el estado de la recuperación.

No fue poco tiempo el que me duró el campeonato del mundo (lo perdió en la segunda defensa), pero así es el boxeo. Sólo me queda descansar y recuperarme de las heridas; ya me cosieron. Tal vez necesite una cirugía para que quede bien de esos cortes, cuenta.

A los peleadores con ese perfil de sacrificio, que golpean pero también son muy golpeados, con tanto desgaste físico, se les advierte que pueden tener carreras breves. Eso no lo intimida. Peleará como hasta ahora, a tambor batiente, golpeando y resistiendo.

Para el jefe del servicio médico de la comisión de boxeo capitalina, Esteban Martos, peleadores como el Bandido están condenados a lidiar con constantes lesiones en el rostro.

Sufren mucho castigo porque sólo saben pelear así. El problema es que muchas de esas lesiones pueden poner en riesgo no sólo la carrera, sino su salud, porque pueden alcanzar la cámara posterior de ojo y dañar la retina.

Martos asegura que lo que preocupa de estos boxeadores es que los réferis no detengan a tiempo el castigo para evitar lesiones serias y que después no sean atendidas como se debe.

Por lo que me ha descrito gente del boxeo, esa herida tuvo que parar la pelea mucho antes del episodio 11. Estas lesiones son demasiado comunes, en el informe de 2016, en la comisión de boxeo capitalino atendimos 79 cortes de cejas, párpados y pómulos.