Pragmatismo republicano
uienes hayan seguido la campaña de Donald Trump pensando que un rompimiento entre el liderazgo de ese partido y el ahora presidente de Estados Unidos era previsible, se han equivocado. Varias veces connotados líderes republicanos resentían la forma en que Trump los despreciaba y vilipendiaba en sus diatribas de campaña. Más de una vez, muchos denunciaron la forma atropellada y grosera con la que insultaba a quien no pensara como él, incluidos los funcionarios republicanos más altos: Mitch McConell y Paul Ryan, líderes de la mayoría republicana en el Senado y la Cámara de Representantes, respectivamente. Quien advirtiera la tensión creciente entre ellos y Trump pensaría en un desgarramiento interno en el Partido Republicano.
No ha sido así, ni deja de asombrar cómo Trump ha cooptado no sólo a buena parte de quienes integran ese partido. Es lastimoso el trato que da a sus líderes, no como representantes de varios millones de ciudadanos, sino como si fueran sus empleados. Pero aún más trascendente es la docilidad con la que se han plegado a la forma disparatada e impredecible con la que conduce los graves asuntos públicos de su país. Ejemplo de ello es el camino que ha tomado para conducir la política comercial y migratoria de Estados Unidos con el resto del mundo, México el primero de ellos, y la abrupta forma en la que ha ordenado continuar con la construcción del muro que George W. Bush inició cuando fue presidente.
Históricamente los republicanos han sido impulsores y defensores a ultranza del libre comercio con el resto del mundo. Por ello es reveladora la forma en que un presidente surgido de sus filas pretende ahora obligarlos a remar en sentido contrario. Asombra el cinismo con el que Paul Ryan, rompiendo con ese principio, ha propuesto un arancel de 20 por ciento a las importaciones de México para pagar la construcción del muro, agregando que es una forma elegante de que México pague por ello
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¿Hasta dónde el pragmatismo de los republicanos está dispuesto a renunciar a sus principios, a la luz de las ocurrencias de un adolescente? El comportamiento brutal con el que Trump ha insultado al establishment político amenaza no sólo con destruir los principios conservadores de su partido, sino incluso a la propia democracia estadunidense. Es momento de releer el extraordinario relato de Philip Roth sobre el Complot contra América.