Una niña de nueve años de nombre Karen falleció en un hospital del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) en el municipio de Lerdo, Durango, debido a que los médicos no creyeron la versión de sus padres de que había sido mordida por una araña violinista y le dieron tratamiento contra la varicela los primeros dos días; al tercero reconocieron que se trataba de una mordida de arácnido y le suministraron suero universal, pero ya fue tarde.

Karen dijo sentirse mal el lunes, cuando estaba en su casa en el municipio de Nazas, después de haber sido mordida por una araña. Sus padres la trasladaron a la clínica de Lerdo ese mismo día por la noche; el pediatra que la atendió dijo que los dos ronchas que traía en el lado derecho del muslo eran signos de varicela.

A la menor la dejaron en observación y el personal de enfermería coincidió en que la niña había sido mordida por un arácnido, pero el médico insistió en su diagnóstico.

Al segundo día, personal de salud municipal dio parte al Issste de que se acudió a fumigar la casa de la menor y se encontró a la araña violinista.

Sólo entonces los médicos aceptaron aplicarle suero, pero sólo una dosis porque no había más, y tampoco tenían tratamiento para arañas violinistas, según explicó Guadalupe García, madre de Karen. Para entonces el lugar de la mordedura y la pierna tenían un aspecto extraño.

Al tercer día los médicos aseguraron que la paciente estaba fuera de peligro y que pronto sería dada de alta. Sin embargo falleció la mañana del jueves.

Guadalupe García señaló que fue negligencia médica y anunció que buscará asesoría para entablar una demanda contra los que resulten responsables.

Perla García, tía de Karen, dijo que el mismo jueves buscaron al director o al subdirector de la clínica para plantearle su queja, pero no fueron recibidas.

Triple cirugía en Yucatán

En Mérida, especialistas del Hospital Doctor Agustín O’Horán realizaron con éxito, por primera vez en la historia de Yucatán, triple cirugía a un adolescente de 14 años que sufrió graves lesiones cervicales al derrapar con su motocicleta en un tramo carretero del municipio rural de Halachó.

Carlos Espadas Villajuana, director general del nosocomio, aclaró que en el O’Horán no se realizan intervenciones quirúrgicas de alta especialidad, pero ante el riesgo de que el paciente perdiera la vida, las unidades del sector salud movilizaron equipo necesario para salvaguardar la integridad del niño, apenas el fin de semana pasado.

Espadas Villajuana explicó que la evolución del adolescente ha sido satisfactoria y podría egresar en cualquier momento. De no haberse realizado la cirugía, dijo, pudo fallecer al movimiento brusco más mínimo del cuello o permanecer cuadripléjico en una cama.

José Martel Montejo, ortopedista y cirujano de columna que intervino en el procedimiento, indicó que fueron tres cirugías de alta complejidad. Para ello se requirió una caja cervical, cuatro tornillos y dos barras, equipo que permitió a Jonathan mejorar su calidad de vida, pues ahora camina muy bien.

Martel fue apoyado por el médico cirujano de columna, Heberth Gómez Villegas, la anestesióloga Lizeth Dorantes y un equipo multidisciplinario integrado por 15 especialistas en medicina, así como personal de enfermería.

Este hospital, de carácter público, fue fundado hace más de un siglo y al año efectúa más de mil cirugías y atiende unos 250 mil pacientes, muchas veces de manera gratuita.

Martel Montejo estimó que el costo de este procedimiento en medicina privada es de 500 mil pesos.