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De nuestras Jornadas

¿Resistencia = solución?

N

o parecen estar tan errados los espiritualistas que sugieren que ante determinada situación que uno no puede o no quiere resolver, la mejor opción es no hacer nada. Aguantar. Quedarse quieto. La vida da tantas vueltas que no tardarán en presentarse otras condiciones que sepulten a las presentes.

La vida, sostienen, está en constante movimiento, de tal manera que lo que hoy suceda probablemente mañana ya no aparezca. Lo único seguro es que todo cambia.

Mucha razón parece haber tenido el filósofo Heráclito al afirmar que nadie se baña dos veces en el mismo río, en alusión precisamente a que todo cambia constantemente.

La tesis es válida en la vida cotidiana: cuando el gobierno federal aplicó el aumento a los combustibles y se vino el alud de protestas, la Federación sostuvo que no daría marcha atrás, considerando la decisión dolorosa, pero necesaria. Y resistió. Aguantó.

Repentinamente vino el cambio: las embestidas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre todo en cuanto a construir el muro fronterizo y que lo pague México, y las críticas al presidente Enrique Peña Nieto por el anuncio de que iría a platicar con Trump el 31 de enero.

Cuando Peña definió su postura de que México no pagaría el muro y defenderá con todo a los migrantes del país, se encendió el patriotismo y creció la popularidad del mandatario, que se elevó aún más al dar a conocer la cancelación de su visita al país del norte.

La popularidad de Peña Nieto, que estaba en niveles muy bajos, se disparó y generó el respaldo y el aplauso de los mexicanos, pasando el gasolinazo, que parecía iba a encender al país, a segundo término.

Igual ocurrió con el alza a los hidrocarburos: cuando entró en vigor, fluyó a torrentes la inconformidad, desplazando la atención de la violencia y la inseguridad, que no se olvidaron, pero los reflectores, en algún grado, se desviaron del crimen organizado.

Igualmente, en este maremágnum quedó sepultada la tragedia de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos hace más de 24 meses. La vorágine de sucesos terminó por devorarla y dejarla, a estas alturas, prácticamente en el olvido, casi como un hecho anecdótico.

El gobierno parece conocer, pues, la clave para salir a flote en cada momento crítico. Sin ser espiritualista, aplica su sabiduría, con la desventaja de que es sólo para su conveniencia.