Desde el viernes de la semana pasada, en todas las escuelas de la Ciudad de México se implementa el programa Mochila Segura, con la finalidad de revisar las pertenencias de los estudiantes y evitar que porten objetos con los que puedan agredir a sus compañeros y maestros.

Las autoridades educativas decidieron tomar esa medida tras los hechos del miércoles pasado en Monterrey, Nuevo León, cuando un estudiante del Colegio Americano del Noreste disparó contra su profesora y sus compañeros.

Así lo dijo el titular de la Administración Federal de Servicios Educativos en la capital, Luis Ignacio Sánchez, en entrevista tras acompañar al titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Aurelio Nuño Mayer, a una visita en la Escuela Primaria Doctor Agustín Rivera.

Informó que se han coordinado con la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para lograr que este operativo sea lo menos intrusivo y garantice los derechos de los menores. Para ello se ha colocado un mensaje oficial en todos los planteles, en el que se delinea la forma en que se debe hacer la revisión y las acciones a seguir en caso de una anomalía.

Lo más importante del operativo es que se respete a los niños y las niñas. La revisión no se hace nunca con policías o por personal ajeno a la escuela; la hacen los padres y madres de familia y los maestros. Cuando los niños son varones, son atendidos por profesores o padres; cuando son niñas, por maestras y madres. Ellos mismos abren su mochila, para resguardar su intimidad, y se revisa. Nunca se les podrá tocar para revisarlos físicamente.

Sánchez agregó que en caso de encontrar algo anormal hay dos vías: una –en caso de tratarse de un arma–, dar parte a las autoridades locales y se confisca el objeto; y desde el punto de vista administrativo, se levanta un acta en la escuela y de inmediato se cita a los padres del menor para enterarlos y pedirles que estén pendientes de la situación.

Revisiones aleatorias

Confió en que el programa no sea permanente y, sobre todo, enfatizó que a la larga se tiene que generar un esquema de seguridad en las escuelas. Lo podríamos hacer (en el futuro) aleatorio y supervisando en las zonas que son particularmente peligrosas; es ahí donde deberíamos centrar nuestro esfuerzo.

Por separado, Cuitláhuac Ramírez, vicepresidente de la mesa directiva de padres de familia de la primaria Doctor Agustín Rivera, señaló que si bien al principio algunos alumnos se desconcertaron, esto es por el bien de toda la comunidad escolar.

Este operativo se había venido implementando con anterioridad, pero se suspendió, no sabemos la razón, pero la noche del jueves la directora nos convocó para informar que se aplicaría de nuevo, a raíz de los hechos de Monterrey, y empezamos desde el viernes.