Administraciones con bajo presupuesto tienen gobernadores con supersalarios
Lunes 23 de enero de 2017, p. 14
Aunque más de una decena de gobiernos estatales han anunciado medidas de austeridad en concordancia con las acciones a escala federal, en el plano estatal las percepciones de los gobernadores y la asignación presupuestal de sus oficinas registran una gran dispersión. En Guanajuato, el jefe del Ejecutivo gana más de 143 mil pesos, que contrastan con los 48 mil pesos que reporta como salario el gobernador de Morelos.
Por lo que hace a la asignación para las oficinas de los gobernadores, los criterios aplicados sobre lo que debe contemplarse dentro de este rubro dispara abismalmente las partidas ejercidas por cada una de éstas. Mientras el jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, tiene una asignación anual de 192 millones de pesos, la información en el portal del gobierno de Jalisco reporta que el gobernador, Aristóteles Sandoval, sólo refiere que a dicha área están asignadas 10 personas –incluido el jefe del Ejecutivo– que gastaron 6 millones de pesos en 2016.
Los salarios de los ejecutivos estatales poco tienen que ver con la situación económica y social de cada una de las entidades ni tiene correlación con los presupuestos anuales de cada gobierno. Así, por ejemplo, para 2016, la oficina del ahora ex gobernador de Oaxaca –uno de los estados con mayor nivel de pobreza– Gabino Cué ejerció 131 millones de pesos, casi 4 veces los 35.1 millones de pesos que el estado de México reporta como gasto del equipo cercano de Eruviel Ávila, aun cuando es una de las entidades que ejercen mayor presupuesto anual (para 2017 será 213 mil millones de pesos).
En 2009, bajo la administración del entonces presidente Felipe Calderón, se modificó el marco legal; a efecto de que ningún funcionario de los tres niveles de gobierno tenga un salario mayor al del presidente de la República, lo que redujo sustancialmente el margen discrecional en las percepciones de los gobernadores que existía anteriormente. No obstante, se mantienen diferencias importantes, si bien acotadas por las disposiciones legales aprobadas ese año.
Es por ello que en el comparativo de los salarios que se tienen asignados en sus respectivos presupuestos de egresos, en los salarios de gobernadores hay una gran dispersión. En Guanajuato con 66 mil 861 millones de pesos de presupuesto, su gobernador es el mejor pagado del país, aun cuando ejerza menos de la tercera parte de gasto que entidades como el estado de México o la ciudad de México (204 mil millones de pesos en 2017). El jefe de Gobierno capitalino tendrá un salario de 118 mil pesos para este año, casi 20 por ciento menos que el Ejecutivo guanajuatense.
De acuerdo con lo consignado por cada gobierno estatal como salario oficial de sus gobernadores, el salario neto del Ejecutivo de Chiapas asciende a 80 mil pesos, en tanto que las percepciones para ese cargo en Sinaloa son de 61 mil; en Nayarit de 81 mil. En tanto, en Nuevo León, con una de las economías estatales más solidas, el jefe del Ejecutivo tiene asignada una percepción de 105 mil pesos netos, si bien anunció recientemente que reduciría en 20 por ciento su salario.
Por lo que hace a la asignación presupuestal a las oficinas de cada gobernador, de los informes oficiales de gasto se desprende una dispersión de criterios en el rubro.