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Me pusieron una bolsa en la cabeza
 
Periódico La Jornada
Jueves 19 de enero de 2017, p. 13

Me torturaron; me pusieron una bolsa de plástico en la cabeza, me echaron agua, me aventaron al río amarrado de pies y manos y me jalaban con una cuerda; me dieron toques eléctricos, me pegaron con la pistola en la cabeza y me descalabraron, señala el testimonio de un joven de 17 años, detenido por elementos de la Marina en el estado de Veracruz.

Como parte esencial del Informe especial adolescentes: vulnerabilidad y violencia, presentado este miércoles por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y el Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social (Ciesas), se recogen múltiples testimonios de los jóvenes acusados de delitos graves y que se encuentran en un centro de internamiento para menores.

Con base en encuestas y entrevistas a los afectados, el informe concluye que la tortura y los tratos crueles e inhumanos son prácticas sumamente arraigadas en nuestras instituciones, que ocurren de manera sistemática y que son frecuentes, cometidas por todas los cuerpos policiacos, ya sea municipales, estatales o federales, así como como miembros de las fuerzas armadas.

De los testimonios, también se advierte que muchos abusos se cometieron desde su detención, y el tormento duró desde horas hasta 10 días, cuando finalmente fueron remitidos a la autoridad ministerial, pero también ahí fueron objeto de malos tratos.

Las torturas fueron desde golpes con manos y codos, daños con objetos –incluso punzocortantes–, toques eléctricos e intentos de asfixia con bolsas de plástico en la cabeza, o ingreso de agua por nariz y boca.

Otro joven, también detenido por marinos, dice: me golpearon mucho; me enterraron una navaja en la espalda; nos pisoteaban y nos echaban Tehuacán en la nariz. Luego nos llevaron a Veracruz y nos dieron toques con la chicharra eléctrica durante cinco días y nos hicieron firmar declaraciones falsas (con delitos) que nunca cometimos.