A la mayoría de las jóvenes que no estudian ni trabajan se les considera injustamente ninis, pues realizan quehaceres domésticos, con lo que aportan nada menos que 24 por ciento del producto interno bruto (PIB), señala la investigadora Julia Chávez Carapia.

Cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) refuerzan su análisis: 90 por ciento de los jóvenes que no asisten a la escuela ni tienen un empleo, pero sí se dedican a labores domésticas, son mujeres.

La semana pasada la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) dio a conocer que, comparadas con los varones, las mujeres tienen cuatro veces más probabilidad de convertirse en ninis.

De las mexicanas de 15 a 29 años, 35 por ciento están en esa condición, de acuerdo con el documento Políticas y buena gobernanza para la igualdad de género, elaborado por la OCDE. Después de Turquía, es la tasa más elevada.

No son parte de una matrícula y, desde cierto punto de vista económico, no generan recursos porque no se reconoce su labor doméstica, señaló Chávez Carapia, investigadora de la Escuela Nacional de Trabajo Social.

Volviendo a reportes del Inegi, las tareas de limpieza, preparación de alimentos y cuidado de otros tiene un valor aproximado a 4.2 billones de pesos. ¿Quiénes hacen muchas de esas faenas? Las mujeres, subraya la socióloga con especialidad en género por la Universidad Nacional Autónoma de México.