El nuevo modelo educativo, que la Secretaría de Educación Pública (SEP) deberá presentar en febrero próximo, tendrá no sólo que sustentar con mayor solidez teórica sus objetivos, sino detallar con claridad los cambios que propone a las estructuras institucionales a escalas nacional y local para garantizar su puesta en práctica, a sólo dos años de que concluya este sexenio.

Además, deberá responder a la demanda de incluir la educación inicial –para niños hasta de 3 años de edad– en el mapa curricular de enseñanza básica, así como la formación de niños migrantes y jornaleros agrícolas, poner en marcha una verdadera descarga administrativa en las escuelas y fortalecer la articulación entre la instrucción básica y la media superior.

De acuerdo con los resultados de la Consulta sobre el Modelo Educativo 2016, elaborado por el Centro de Investigación y Docencia Económicas con cerca de 300 mil comentarios, entre las principales exigencias a las autoridades educativas está conocer cuál fue el diagnóstico que realizó la SEP sobre las reformas anteriores y las razones de fondo para proponer un nuevo modelo educativo.

En los foros de consulta nacional, estatal y en línea, así como en los consejos técnicos escolares de 17 mil 434 escuelas y las academias de bachillerato, los participantes expresaron su preocupación ante una política educativa que no toma suficientemente en cuenta la diversidad de contextos que existen en México, pero también sobre la atención insuficiente a las escuelas dirigidas a poblaciones en situación más vulnerable.

Según los principales resultados de la consulta, que incluyó los tres documentos que desarrollan el nuevo modelo educativo –Los fines de la educación en el siglo XXI, el Modelo educativo 2016 y la Propuesta curricular para la educación obligatoria 2016–, si bien se reconocen los esfuerzos gubernamentales para alcanzar la autonomía escolar, se demanda conocer los lineamientos que regularán las decisiones.

La inclusión del desarrollo socioemocional de niños y adolescentes en el currículo nacional aún es tema de debate, en particular si debe incorporarse como asignatura o eje transversal.

También se pidió a la SEP que detalle las formas de evaluación que se aplicarán para los aprendizajes que conlleva el desarrollo socioemocional, y el personal de apoyo especializado que se requerirá para alcanzar las metas.

Entre los temas recurrentes se incluye la gobernanza educativa y la demanda de que se incluya que las autoridades educativas también cumplan una normalidad mínima que garantice las condiciones indispensables para el buen funcionamiento de las escuelas.