Bilbao.

Decenas de miles se manifestaron este sábado en la ciudad vasca de Bilbao para pedir que los cerca de 350 miembros y simpatizantes encarcelados del grupo ETA, partidario de la independencia del País Vasco, puedan cumplir sus penas cerca de sus regiones nativas.

El diario vasco Gara, que difunde los comunicados de ETA, confirmó la participación de unas 78 mil personas.

Además de allegados de los presos, familiares de víctimas del grupo independentista también se sumaron por vez primera a la marcha anual. Algunos portaban manos de cartón con el índice levantado que decían: Yo denuncio, contra la política gubernamental de dispersar a los prisioneros de ETA en más de 40 cárceles del país para restringir su contacto.

Rosa Rodero, viuda de un sargento de policía asesinado por ETA en 1993, marchó atrás de una pancarta que abría la manifestación, la cual expresaba: Prisioneros vascos, al País Vasco.

Todos somos gente que aquí, en el País Vasco, hemos luchado muchísimo, que nos ha tocado sufrir mucho. Lo único que queremos es mirar la paz, y esa paz también tiene que llegar a esta gente, declaró Rodero refiriéndose a los presos del grupo independentista vasco.

ETA mató a 829 personas durante su campaña de casi cuatro décadas por la creación de un estado vasco en el norte de España y sur de Francia. En 2011 la banda anunció un alto el fuego permanente, pero el Ministerio del Interior español dice que la política de dispersión no cambiará hasta que el grupo se desarme por completo y sus integrantes pidan perdón.

Incluso en ese supuesto, la Asociación de Víctimas del Terrorismo, la mayor agrupación de familiares y víctimas en España, sólo acepta una hipotética reubicación para casos individuales y en respuesta a razones humanitarias extremas.

El Ministerio del Interior se niega a hacer público el número de prisioneros de ETA en el país, pero los organizadores de la marcha dicen que 273 cumplen condenas en unas 40 cárceles de España, incluidos dos que lo hacen en la Comunidad Autónoma Vasca y 78 que se encuentran en prisiones de Francia. Familiares y amigos de los reclusos se quejan de que tienen que viajar cientos de kilómetros cada fin de semana para visitarlos.

Amnistía Internacional señala que la política de dispersión va contra las normas de Naciones Unidas y que los prisioneros tienen derecho a estar cerca de su lugar de residencia, pero que parte del problema reside en que los presos de ETA siempre han realizado solicitudes en grupo para el llamado acercamiento. Tanto España como las normas internacionales sólo reconocen peticiones realizadas de forma individual por cada reo.