Autoridades buscan criminalizarlo y presionan a conocidos: Vera
Miércoles 11 de enero de 2017, p. 25
La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) llamó a las autoridades a esclarecer la desaparición del sacerdote Joaquín Hernández Sifuentes, vicario de la parroquia del Sagrado Corazón, en Aurora, Coahuila.
El cardenal Francisco Robles Ortega, presidente de la CEM y arzobispo de Guadalajara, y Alfonso Miranda Guardiola, secretario general del organismo eclesial y obispo auxiliar de Monterrey, expresaron su solidaridad con la diócesis de Saltillo; con su obispo, Raúl Vera López, el prebisterio, feligreses, comunidades religiosas y parroquiales, así como con la familia de Hernández Sifuentes, ausente desde la semana pasada.
También exhortaron a la sociedad civil y a la comunidad eclesial a colaborar en su búsqueda, y advirtieron que el crimen y la violencia destruyen lo más sagrado que tenemos: la vida
. Asimismo, llamaron a orar por Hernández Sifuentes, por el país y por todos los desaparecidos
.
Raúl Vera agradeció el apoyo de la CEM y recordó: Buscamos con vida al padre Joaquín
. Precisó que entre los objetos personales del sacerdote que se buscan están su teléfono celular, su tableta electrónica, computadora y automóvil.
Añadió que la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de Coahuila emitió una alerta de búsqueda de su vehículo Volkswagen Derby modelo 2009, color blanco, con placas FKM 3200 de Coahuila. La PGJE, sin embargo, no tiene pistas.
El 3 de enero Hernández tomó una semana de vacaciones, pero su maleta y artículos personales se encontraron en su habitación de la parroquia del Sagrado Corazón, donde oficiaba misa y se desempeñaba de vicario.
Los investigadores no descartan que se trate de un crimen pasional
o de un robo. Tienen la teoría de que la noche anterior a su desaparición Hernández fue visitado por dos jóvenes con los que habría tomado bebidas alcohólicas. Estas versiones, que se difundieron en la prensa local, molestaron al obispo Raúl Vera López, quien exigió a las autoridades buscar al sacerdote en lugar de criminalizarlo.
La diócesis de Saltillo denunció que policías y agentes del Ministerio Público han estado hostigando y amenazando a familiares del sacerdote y a fieles de la parroquia para que avalen sus hipótesis.