Ante el incremento en el precio de los combustibles, la empresa Cabify aumentó 5 por ciento sus tarifas en la categoría Lite; mientras concesionarios del transporte público demandaron se les exima del impuesto especial sobre producción y servicios (IEPS) para que el alza en sus tarifas no sea desmesurada y puedan continuar con la sustitución de unidades.

El gerente general de Cabify, Alejandro Sisniega, explicó mediante un comunicado de prensa que el precio por kilómetro que deberán pagar los usuarios es de 12.70 pesos en los primeros ocho kilómetros, y posteriormente 10.50 pesos, y la gestión de reserva tendrá un costo de 45 pesos.

Además se cobrarán 25 pesos extras –monto fijo– por circular en hora pico y el trayecto mínimo será de 45 pesos, con lo cual se busca apoyar a los socios conductores para que cuenten con una opción rentable, pues la gasolina es un insumo indispensable para la prestación del servicio.

Dicho incremento, aclaró, es mínimo en comparación con otras alternativas de movilidad, que llegan hasta 15 por ciento –como sucedió con Uber– y busca afectar lo menos posible a los usuarios, al mantenerse la tarifa más competitiva de la industria.

No estamos utilizando este incremento para beneficiarnos, sólo haciendo los ajustes necesarios para que nuestros asociados conductores conserven un ingreso medio y se mantenga un servicio seguro, eficiente y accesible para todos los usuarios, puntualizó.

Por otra parte, en conferencia de prensa, Nicolás Vázquez Figueroa, Mario Alberto Martínez y José Luis Tenorio, representantes de 5 mil concesionarios, advirtieron que la escandalosa liberación de los precios de las gasolinas y el diésel pone en riesgo la continuidad del servicio.

De 2013 –cuando se autorizó la última alza en la tarifa de 50 centavos– a la fecha el costo de los combustibles se elevó 49 por ciento, en promedio, al igual que el de las refacciones y los insumos, mientras la expedición de la licencia tarjetón fue de 25 por ciento más.

Vázquez Figueroa, presidente de la Unión de Transportistas Nuevo Milenio, advirtió que no contar con una tarifa realista no sólo detendrá la sustitución de unidades, sino que provocará una suspensión del servicio de manera natural, ante el alza en los costos de operación.

Los usuarios serán los más afectados por esta situación, que podría extenderse a 20 por ciento de las 20 mil unidades en circulación, pues no nos alcanzan los recursos para cubrir todas esas alzas y además subsidiar con 2.89 pesos, en promedio, cada viaje, agregó José Luis Tenorio, de la ruta 18.

Por ello, dijeron, presentarán su solicitud de eliminación del IEPS al jefe del Ejecutivo federal, a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, a la Cámara de Diputados y al Senado para que se les exima de ese pago, equivalente a 4.30, 3.64 y 4.73 pesos por litro de las gasolinas Magna y Premium, así como diésel, y disminuir el impacto de un alza en la tarifa del transporte en el bolsillo de la gente.