El precio al consumidor del gas licuado de petróleo (LP), utilizado en ocho de cada 10 hogares mexicanos, comenzó a ser liberalizado el primero de enero y será determinado por cada distribuidora en el mercado.

La medida generó sorpresa en consumidores consultados por este diario, que se encontraron con precios hasta 24 por ciento más caros en comparación con el año pasado, es decir, un incremento superior al aplicado a las gasolinas.

El Ejecutivo federal, a través de la Secretaría de Economía (SE), dejó de publicar en el Diario Oficial de la Federación el precio máximo para el gas LP, el cual se anunciaba el último día de cada mes.

Ahora las gaseras determinarán el precio en las zonas de venta con base en costos reales, dijo recientemente la Asociación Mexicana de Distribuidores de Gas Licuado y Empresas Conexas (Amexgas). La organización estimó que las variaciones en los precios del combustible serán por estacionalidad y de manera semanal.

El último precio máximo que fijó la SE fue en diciembre, a un total de 13.08 pesos por kilogramo para la zona de la Ciudad de México y municipios conurbados del estado de México. Con ese costo, el tanque de 20 kilos tuvo un precio máximo de 261 pesos, el de 30 kilos, 392 pesos, y el tanque de 45 tuvo un costo máximo de 588 pesos.

Este lunes, el comisionado presidente de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), Guillermo García Alcocer, afirmó que no se espera un movimiento significativo en el precio al consumidor del gas LP.

Sin embargo, apuntó que el precio tendrá una variación al alza en comparación con los costos de diciembre, debido a un tema de invierno, porque, dijo, el combustible se utiliza en los aparatos de calefacción.

El funcionario de la CRE indicó que existe competencia en el mercado del gas LP, pues hay empresas que invierten en el sector y existe infraestructura dedicada a la importación del combustible. Hoy está liberado el precio, destacó García Alcocer.

En caso de que haya un precio fuera de lo normal, instó a las familias mexicanas a denunciarlo ante la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), o ante la Comisión Federal de Competencia Económica si se trata de una práctica anticomercial.

Una consumidora de la Ciudad de México adquirió ayer un tanque de 20 kilogramos en 324 pesos, es decir, 63 pesos más caro en comparación con los 261 pesos que costó el año pasado, equivalente a un incremento de 24 por ciento.

La usuaria, cuya residencia está ubicada en la colonia San Andrés Tetepilco, en Iztapalapa, expresó a La Jornada su sorpresa por el alto costo del tanque y así se lo hizo saber al vendedor.

La respuesta, dijo la consumidora, es que la instrucción era vender ese producto en el precio mencionado y que para cualquier asunto acudiera a la Procuraduría Federal del Consumidor.