Un atlético David Alfaro Siqueiros, ataviado con camisa clara, suelta, y gorra beisbolera, batea con destreza en la fotografía de la portada del libro Siqueiros de la A a la Z, de Adriana Olvera. La imagen lleva por título “Jugando béisbol con integrantes del equipo de trabajo del mural Movimiento al General Ignacio Allende, 1948”, perteneciente al archivo de la Sala de Arte Público Siqueiros.

Para el diseñador gráfico Martín Posadas Figueroa, responsable de la portada, apasionado del llamado rey de los deportes, admirador de Siqueiros desde la preparatoria, conocer esta faceta del muralista le permitió entenderlo de otra manera.

Ahora sabe que la persona que adoró como “casi un dios, también cabalgó diamante sobre terrenos polvorientos.

Que disfrutó al conectar cuadrangulares con las bases llenas, que dirigió la defensiva de un equipo desde detrás del plato, que corrió indiscriminadamente sobre la almohadillas de los campos llaneros de nuestro país. Que compartió con nosotros mucho más que sus murales y pinturas.

Posadas Figueroa participó en la presentación de Siqueiros de la A a la Z el pasado 29 de diciembre, día del aniversario 120 del natalicio del artista. Con este título, la también editora Adriana Olvera dio a conocer Ediciones Espejo de Agua, que lo coedita con Ediciones Eón. El acto fue en el parque ecológico Juana de Asbaje, en Tlalpan.

Olvera, admiradora del pintor –y del muralismo en general–, a quien investiga de forma independiente desde tiempo atrás, decidió presentar sus indagaciones en este tomo que reúne 120 conceptos que describen su personalidad y trabajo. Es decir, comienza con la palabra abuelos y termina con zapatos.

Cada palabra se complementa con la explicación de por qué está allí. Por ejemplo, batalla: Yo no me abato nunca. Y menos en la cárcel. Soy un preso político y para el preso político la cárcel es un campo de batalla. Escogió las anécdotas que más le llamaron la atención y les asignó un concepto.

Para la realización de la edición Olvera utilizó seis tipos de fuentes: la autografía de Siqueiros, titulada Me llamaban El Coronelazo; entrevistas realizadas al muralista (audio y publicaciones en revistas y libros); declaraciones a la prensa; cartas suyas dirigidas a sus amigos y camaradas; un artículo sobre la fotografía, publicado por Siqueiros en la revista Hoy, en 1945, y pequeños textos que el pintor escribió detrás de sus cuadros.

En ese acto, Olvera hizo hincapié en el compromiso social de Siqueiros: A los 17 años se enrolló en las filas del Ejército Constitucionalista de Venustiano Carranza para combatir al impostor Victoriano Huerta.

Siempre dejó a un lado sus proyectos personales para ir a la lucha, agregó.

A fin de seguir difundiendo la obra del muralista, la autora desea hacer un libro para niños con puros ensayos que les digan cómo hacer un mural, un sindicato o un periódico. Siqueiros desde muy niño se inventaba cada cosa más rara.

Según Rosaura Ruiz y Bruno Velazquez, prologuistas del libro, mediante los 120 paisajes-perspectivas que forman esta mirada a la vida de Siqueiros podemos atestiguar no sólo la firme dignidad que siempre lo caracterizó, sino la fuerza de voluntad que le permitió enfrentar, con convicción implacable, muchas adversidades que marcaron su camino.