En 2016 también hubo grandes pérdidas, como la de Pierre Boulez
Miércoles 28 de diciembre de 2016, p. 3
El 2016 será recordado como un año de transición entre los siglos XX y XXI. Fue un año complejo y triste en cuanto a la pérdida de figuras en todos los órdenes.
El ámbito de la música de concierto no queda exenta en ese terreno y el 5 de enero de 2016 marcó la partida de uno de los principales baluartes del arte sonoro del siglo XX, el francés Pierre Boulez, a los 90 años. Pocos conocen sus partituras, sin embargo, el mundo occidental sabe de sus prodigios como director de orquesta.
Un día después ocurrió el deceso del pianista canadiense Paul Bayle, a los 83 años, hombre que convirtió el arte del jazz en una música con poderes espirituales.
El 5 de marzo, en tanto, falleció a los 86 años otra de las grandes luminarias de la música mundial, el austriaco Nikolaus Harnoncourt, director de orquesta y violonchelista, artífice en la interpretación con instrumentos originales o réplicas fieles y criterios musicológicos de las obras del periodo barroco y clásico.
Y el 2 de octubre falleció a los 92 años sir Neville Marriner, fundador de la Academy of Saint-Martin in the Fields, una de las orquestas más célebres de las recientes eras.
La música de concierto mexicana, por su parte, se vistió de luto con la muerte del director de orquesta Armando Zayas, quien falleció el 14 de abril, a los 86 años.
Se distinguió como gran impulsor de la música mexicana de concierto de todas las épocas, así como por el trabajo que realizó al frente de la Orquesta Sinfónica del Instituto Politécnico Nacional y agrupaciones juveniles.
También en una circunstancia triste, este 2016 marcó la desaparición del Instituto Cardenal Miranda Escuela de Música, después de 76 años de actividades ininterrumpidas y haberse constituido en un centro de enseñanza musical sui géneris, al ser el único lugar en México donde se impartían canto gregoriano y latín, como parte del programa de estudio. La escuela dejó de operar luego de que el 22 de enero fue desalojada de su sede.
Conmemoraciones
Varias fueron las efemérides que se conmemoraron a lo largo de 2016. A escala mundial fue el año de Miguel de Cervantes Saavedra y William Shakespeare, de quienes se cumplieron sus 400 aniversarios luctuosos.
El mundo los recordó de diversas formas, y parte de esos festejos incluyeron en México, como en otras latitudes, diver-sos conciertos y programas musicales con obras inspiradas en su vida y su legado.
De entre los mismos sobresalió el ofrecido por el ensamble español La Grande Chapelle, que recreó en octubre el entierro del autor de El Quijote, en Guanajuato, México, en la que fue una de las principales actividades no sólo del 44 Festival Internacional Cervantino, sino del llamado Año Cervantes, que se conmemoró a escala global.
En 2016 se festejaron asimismo los 450 años del compositor renacentista Carlo Gesualdo, el sesquicentenario del natalicio del francés Erik Satie y los centenarios de nacimiento de Alberto Ginastera y Henry Dutilleux, dos de los creadores más relevantes del siglo XX.
A ello se sumaron los 260 años del nacimiento de una de las grandes superestrellas del arte sonoro de todos los tiempos: Wolfgang Amadeus Mozart.
En México, en tanto, resaltaron los 100 años de dos de las grandes figuras musicales de la pasada centuria: el compositor Carlos Jiménez Mabarak y el director de orquesta, compositor y promotor cultural Luis Herrera de la Fuente.
También sobresalieron los 150 años de la fundación del Conservatorio Nacional de Música y los 80 años de la creación de la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (Ofunam), así como las cuatro décadas de la inauguración de su sede, la sala Nezahualcóyotl del Centro Cultural Universitario.
Las orquestas Sinfónica del Estado de México y la Sinfónica Sinaloa de las Artes también estuvieron de plácemes. La primera festejó 45 años de existencia, mientras que la segunda 15; ambas lo hicieron con sendos conciertos en el Palacio de Bellas Artes.
Presencias internacionales
El 2016 fue un año generoso en cuanto a la presencia en el país de solistas y agrupaciones musicales de reconocimiento internacional.
Destacan la gira que hizo a comienzos de marzo la Orquesta del Teatro Mariinski, su primera al país, encabezada por su director titular, el ruso Valeri Gergiev, uno de los músicos más renombrados en el panorama internacional contemporáneo.
Después de seis años regresó a México el aclamado contratenor francés Philippe Jaroussky, quien ofreció un inolvidable recital en la Sala Principal del Palacio de Bellas Artes .
Otra visita destacada fue la del ensamble italiano Il Rossignolo, que a finales de marzo recreó en el Palacio de Bellas Artes todo el esplendor y la excentricidad de la música del barroco europeo a partir de un programa dedicado al repertorio de los castrati.
Otro regreso aclamado fue el de la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar. La reconocida agrupación venezolana ofreció una serie de conciertos a finales de junio en la capital de la República.
Otra de las figuras internacionales que estuvo en México fue la cantante y actriz alemana Ute Lemper, quien ofreció dos recitales en el Palacio de Bellas Artes a principios de septiembre y a mediados de ese mismo mes actuó como solista con la Orquesta Sinfónica Nacional.
La Orquesta Nacional de España, la Compañía Nacional de Ópera de Pekín y la Orchestra of the Swam se sumaron a las reconocidas agrupaciones que pisaron el escenario del Palacio de Bellas Artes en 2016.
