Lunes 26 de diciembre de 2016, p. 14
Dejar que los niños prueben alcohol para que pierdan la curiosidad por esta bebida es una creencia que, en vez de disminuir su deseo, lo acerca a ella, reveló un estudio realizado por la Escuela de Psicología de la Universidad Anáhuac México y la Fundación Pernod Ricard.
A los ocho años los menores manifiestan curiosidad por probar bebidas embriagantes, y que la consuman cuadruplica la posibilidad de que sea un adicto en el futuro, advirtió en entrevista el director general de la fundación, Mauricio Soriano Ariza.
Agregó que desgraciadamente
es en su hogar donde los menores prueban el alcohol. “No es que un niño de ocho años se vaya al bar o a un restaurante. Toman en casa, muchas veces auspiciados por nosotros (los padres) porque pensamos que les hacemos un bien ‘enseñándoles’ a tomar”.
Refirió que la actitud que muestra el adulto frente al alcohol es un factor que perciben los menores y que despierta atracción. Si nosotros le hacemos demasiada fiesta a la bebida embriagante nuestros hijos perciben que es algo que hay que consumir pronto. Que es algo bueno
.
Cifras de la Comisión Nacional contra las Adicciones dadas a conocer en septiembre pasado, señalan que en México alrededor de 5 millones de niños de primaria y secundaria han consumido bebidas alcohólicas en alguna ocasión, y un millón y medio de jóvenes en secundaria y bachillerato toman más de cinco copas.