Los que se fueron en 2016
ada de extraordinario tiene la muerte, y cada año despedimos a personalidades importantes de la música. Pero para la voz popular, 2016 ha sido un año maldito
, pues la cantidad de músicos y personalidades fundamentales que marcaron época en su disciplina respectiva y dejaron este mundo, dentro de una sola vuelta al sol, fue más numerosa de lo usual, o al menos así se sintió por tratarse de personajes de particular relevancia (Fidel Castro, Mohammed Alí, Umberto Eco, Johan Cruyff, Raymond Samuel Tomlison, Andrzej Wajda, John Glenn, entre otros de diferentes ámbitos, engrosaron la lista). Evidentemente, no se trata de una maldición ni el fenómeno terminará con el año que culmina (que ya acabe este año
, dicen muchos), sino un recuerdo de que va terminando una era, y que en no mucho tiempo irán falleciendo veteranas leyendas. Es el simple paso del tiempo, que alcanza a muchos de los que, como parte de una o varias generaciones seminales, cimentaron mucho de lo que ahora entendemos como rock, pop, jazz, electrónica y demás géneros, a partir de que comenzó la cultura de masas (primero los actores de cine, después los músicos). Con algunos fue tersa y natural la partida, por la lógica edad avanzada, pero otras muertes fueron sorpresivas por alcanzar a personalidades no tan longevas, o que quizá se sentía que aún tenían mucho por dar. Hoy, la primera parte del recuento de este espacio, de quienes en el año que termina (tanto del ámbito nacional como internacional) se llevaron su música a otra parte, dejando un notable legado.
David Bowie (10 de enero. 69 años. Cáncer). La partida más emblemática de 2016 por inesperada (guardaba en secreto su enfermedad), por tratarse de uno de los músicos pop de mayor relevancia e influencia del siglo XX; por ocurrir en un momento que se sintió prematuro, y quizá por ser el primer deceso (o el más sonado) de muchos personajes de tal altura en el año. La aparición del álbum Blackstar, dos días antes de la muerte del andrógino y cambiante británico que vivió imaginándose en el espacio, preparado ex profeso como despedida, fue conmovedora y poética.
Leonard Cohen (7 de noviembre. 82 años. Muerte natural). De forma cercana a como hizo Bowie, You want it darker, su último álbum, fue editado tres semanas antes de fenecer. Otro de los más grandes de la música contemporánea, brillante letrista, premio Príncipe de Asturias y, antes que nada, poeta, quien hizo de la música una plegaria, un himno a la vida, el amor y la elegía. El canadiense partió tranquilo, durante el sueño, elegante, como fue en vida.
Sir George Martin (8 de marzo. 90 años. Muerte natural). Compositor, director orquestal, productor, arreglista, tras una vida tranquila y fructífera, también durante el sueño se fue el inglés que a su vez hizo soñar a millones alrededor del orbe, gracias a que enriqueció de forma tal la música del cuarteto de Liver-pool, que sin aquél quizá éste no habría alcanzado a ser un fenómeno mundial. El auténtico y verdadero Quinto Beatle.
Prince (21 de abril. 57 años. Sobredosis accidental de opiáceos). Multinstrumentista, compositor, productor, cantante, bailarín; rock, funk, experimentación, ambigüedad sexual: cualidades y etiquetas asociadas a su nombre. Ícono y estrella estadunidense de su generación, introdujo al pop de los años 80 mucha música afroamericana de los 60, entonces relegada: el sonido Motown, el soul. De las muertes más tristes y absurdas de 2016.
Keith Emerson (10 de marzo. 71 años. Suicidio) y Greg Lake (7 de diciembre. 69 años. Cáncer). Funesto fue que fallecieran en un mismo año dos integrantes de uno de los combos de rock progresivo inglés más representativos y deslumbrantes del género: Emerson, Lake & Palmer. Doloroso fue saber que una depresión tras una lesión en la mano, por lo cual ya no podía tocar, fue la que se llevó al virtuoso compositor, tecladista de clásico, jazz, blues y rock, y que al gran cantante y guitarrista que también cofundó King Crimson se lo llevó esa plaga impía que es el cáncer.
Pierre Boulez (5 de enero. 90 años. Causa no especificada). Poco sonada en el mundo pop, mas no así en el orbe musical todo, la muerte de este compositor francés que revolucionó la música de concierto y electrónica del siglo pasado a través del serialismo, además de haber sido conductor de las más importantes orquestas de su tiempo, quien prefería dirigir obra de autores contemporáneos, por encima de los clásicos. Se guardó discreción sobre la causa de su muerte.
Jean Jacques Perrey (4 de noviembre. 87 años. Cáncer). También de origen galo, conocido sobre todo por su trabajo a dueto con Gershon Kingsley, después como solista, este compositor fue de los primeros en popularizar el sonido electrónico-espacial de los sintetizadores Moog mediante inventivos y lúdicos sonidos. Acá sólo se le recordó injustamente por crear temas usados de rúbricas de Chespirito (sobre todo la de El Chavo, basada en la Marcha Turca de Beethoven), pero su trabajo es mucho más amplio.
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