Infraestructura endeble
l incidente que ocurrió el martes pasado en el otrora prestigiado y emblemático hotel El Presidente, que dejó sin energía eléctrica a sus huéspedes, quienes además se quejaron de instalaciones antihigiénicas e incluso falta de atención de los empleados, hace recordar, inevitablemente, a Rodolfo Elizondo Torres, secretario de Turismo del 29 de julio de 2003 al 30 de noviembre de 2006 –durante el gobierno de Vicente Fox Quesada–, quien declaró que Acapulco era un destino turístico agotado, acabado, sin nada que ofrecer al visitante.
El Negro Elizondo despertó la furia de autoridades municipales y estatales, así como de prestadores de servicios turísticos, quienes esa vez unieron fuerzas para condenarlo de manera unánime y llegaron a declararlo persona no grata.
El entonces secretario presentó un argumento contundente: las hospederías son viejas y obsoletas. E invitó a remodelarlas. Nadie le hizo caso. Y Acapulco desapareció del interés de la Secretaría de Turismo.
Desde entonces no se ha sabido que los hoteles se renueven. Una zona, Acapulco Diamante, ha cobrado auge y está recibiendo toda la atención: ir allí es visitar otro mundo: calles bien asfaltadas, libres de vendedores ambulantes, fisonomía fresca, hoteles nuevos. En tanto, la Zona Dorada exhibe un rostro avejentado: hoteles descuidados y agobiados por conflictos laborales y problemas con el fisco y el Instituto Mexicano del Seguro Social, así como adeudos con prestadores de servicios públicos, como energía eléctrica y agua potable. Ya ni hablar del Acapulco Tradicional.
A nadie extraña, más que a los funcionarios que acaban de llegar y no conocen el puerto, lo ocurrido en el hotel El Presidente, estigmatizado ya por sus apuros económicos y fricciones con sus trabajadores.
Bien hicieron las autoridades en apurarse a resolver el conflicto con los huéspedes que, en protesta, bloquearon la avenida Costera. Pero no deberían cerrar el paraguas porque la lluvia podría no haber amainado, pues la temporada apenas comienza. Los problemas de los hoteles y restaurantes ya son viejos y en cualquier momento podrían hacer crisis. Mejor estar alerta.