Temer, con respaldo de 10% de brasileños, dice que no renunciará
Viernes 23 de diciembre de 2016, p. 22
Brasilia.
Varios países de América Latina, entre ellos Panamá, Perú y Colombia, pedirán información a Estados Unidos luego de que las empresas brasileñas Odebrecht y Braskem admitieron ante las autoridades estadunidenses haber pagado millonarios sobornos en la región para obtener contratos públicos implicados en el caso de corrupción estatal Petroleo Brasileiro (Petrobras).
El presidente brasileño, Michel Temer, afirmó que no piensa renunciar al cargo, pese a que su nombre es mencionado en el escándalo de corrupción de Petrobras. Temer asumió la presidencia de manera definitiva luego que la izquierdista Dilma Rousseff fue destituida por el Congreso en agosto pasado, en lo que la ex gobernante definió como un golpe de Estado parlamentario.
La revelación de que la empresa brasileña Odebrecht y su petroquímica Braskem pagaron millonarios sobornos durante 15 años en diez países latinoamericanos amenaza con sacudir varios gobiernos, algunos todavía en funciones.
Varios países latinoamericanos anunciaron este jueves que abrirán indagaciones y pedirán información a Brasil y Estados Unidos luego de que el gigante brasileño de la construcción se declaró culpable en una corte de Nueva York de violar leyes contra los sobornos en el extranjero, tras una intensa investigación de corrupción en Brasil.
Según las autoridades estadunidenses, algunos países de la región donde se pagaron sobornos fueron Brasil (349 millones), Venezuela (98 millones), República Dominicana (92 millones), Panamá (59 millones), Argentina (35 millones), y Guatemala (18 millones).
Odebrecht, que es considerado el mayor conglomerado de construcción e ingeniería de latinoamérica, también admitió haber pagado sobornos en México por 10.5 millones de dólares.
El Departamento de Justicia de Estados Unidos informó que Odebrecht y Braskem acordaron pagar una multa combinada de al menos 3 mil 500 millones de dólares para que se retiren las acusaciones de que sobornaron desde 2001 a funcionarios en 10 países latinoamericanos y dos africanos para obtener contratos por un centenar de proyectos públicos.
En este contexto, Temer afirmó este jueves que no piensa dimitir, pese a que su nombre aparece en el escándalo. ¿Que si voy a renunciar?, confieso que no he pensado en eso
, dijo entre risas el mandatario durante un desayuno de fin de año con periodistas en la residencia oficial de la presidencia. En medio de una severa recesión económica, Temer cuenta con el apoyo de apenas 10 por ciento de los brasileños, mientras 63 por ciento desea que renuncie antes de fin de año, según una encuesta reciente del instituto Datafolha.