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Publican dos tomos

Revisión editorial a todo Toledo

El ingente proyecto de cuatro libros tiene el aval del pintor

 
Periódico La Jornada
Viernes 23 de diciembre de 2016, p. 4

En lo que al fin es una aproximación editorial a la vasta obra de Francisco Toledo (Juchitán, 1940), el pintor, grabador y escultor juchiteco avala un gran proyecto consistente en cuatro tomos, del que se publican dos y el resto aparecerá en 2017.

Toledo dudó mucho en aceptar la propuesta de Fomento Cultural Banamex de hacer una revisión editorial de su obra. “Quería y no quería porque sabía que era mucho trabajo para mí de revisar fotos, ver la selección que pudo haber hecho la persona que curaba el libro. Estaba indeciso si meterme o no, sin embargo, por fin dije, ‘bueno, ni modo’”, expresa en entrevista con La Jornada.

También estaba reticente porque sentía muy lejanas sus primeras décadas, a partir de los años 60 del siglo pasado. Sabía que sería muy difícil conseguir fotografías de los cuadros que hizo cuando estaba en París o comenzó en México en 1959, porque los galeristas con los que trabajó ya murieron, también los coleccionistas.

Por fortuna hubo un equipo de investigadores que se dedicó a buscar sus obras en París y Nueva York. De todos modos persistió el problema de que los galeristas ya habían fallecido. Algunas cosas se consiguieron por medio de las casas de subasta, apunta Toledo.

–¿Qué impresion le causó ver esas obras del pasado?

–No sé cómo explicarlo, pero parece que son obras de otra persona, no mías. Esa es la impresión que tengo cuando veo cosas de hace 50 años. Los hizo un chamaco tonto. Vamos cambiando, haciendo otras personas. Después de 50 años soy otra persona, el mundo es otro.

Aún faltan dos tomos de la serie: Tengo que trabajar en eso también, revisar fotos, que no estén en decadencia, los títulos, las técnicas; mi memoria también me falla. Si hay imágenes de la época en cuestión, tal vez hayan perdido calidad. Si se encuentra el cuadro a la mano se puede fotografiar de nuevo, pero muchos no se sabe dónde están porque los coleccionistas venden, revenden; los cuadros van de mano en mano.

Toledo señala que no se trata de un catálogo razonado: Usted no sabe la cantidad de obra que produje en los años 60. Lo que se reproduce no da una idea de lo que hacía. Mucha obra quedó fuera, mucha no se encontró. No tengo idea de cuánto he trabajado, pero hay muchas más cosas y sobre todo de esos años.

Atribuye su mayor productividad a las soledades en que se vivía en Francia o a que estaba más interesado, porque cuando uno está más joven está lleno de energía. Ya no me acuerdo.

–¿Esta recopilación ayudará a evitar la falsificación de su obra?

–No, los falsos siempre seguirán porque una cosa es copiar un cuadro, pero otra hacer un cuadro nuevo. A partir de un cuadro que está en un libro se puede inventar otro. Si hay tres ramas, le pone cuatro y ya con la misma técnica… No, al contrario, le va a dar más información a los que falsifican.

Actualmente Toledo hace un poco de todo, acuarela, grabado y también sigue con su intervención de fotografías de revistas, catálogos y portadas de libros, que borra y luego agrega elementos. “Es un juego que siempre he hecho. Ahora he reunido una cantidad como para hacer una exposición de estas fotografías intervenidas, como dice Duchamp, de ponerle bigotes a una reproducción de la Mona Lisa”.

Foto
Pescado con paraguas, 1978, gouache, tierra y tinta sobre papel de Francisco Toledo, perteneciente a una colección particular, incluido en Francisco Toledo: obra 1957-1970, tomo I. Toledo dudó mucho en aceptar la propuesta de Fomento Cultural Banamex de hacer una revisión editorial de su obra. “Quería y no quería porque sabía que era mucho trabajo para mí de revisar fotos, ver la selección que pudo haber hecho la persona que curaba el libro. Estaba indeciso si meterme o no, sin embargo, por fin dije, ‘bueno, ni modo’”, expresa en entrevista con La JornadaFoto cortesía Galería de Arte Mexicano
Foto
La mujer elegante/ Sin título, ca. 1970, gouache y hoja de oro y de plata sobre papel, creaciones de Francisco Toledo incluidas en el libro Francisco Toledo: obra 1957-1970, primer tomo de un proyecto editorial que documenta la vasta producción del artista
Foto Rafael Doniz y Cuauhtli Gutiérrez López

La muestra sería en la Galería Juan Martín, aunque aún no hay fecha. Ya tengo buena parte. Muchas veces regalaba esas imágenes intervenidas, que mandaba cuando escribía un saludo. Voy a ver quién tiene, a lo mejor hay en la colección de Juan Martín, padre. No sé si Elisa Ramírez tenga otras.

Cuando estaba en París, recuerda que era muy fácil, tal vez porque las revistas estaban mal impresas o por la tinta, rayar las imágenes con una punta de grabado, hacerlas desaparecer y luego pintarlas. Un poco, acota, como esos billetes que encontré en Oaxaca con la imagen de Benito Juárez que recorto y pinto. Ya lo verá.

Por insistencias del grupo de Fomento Cultural Banamex, con la perseverancia de Cándida Fernández, fue entendiendo, con esa sagacidad e inteligencia que lo caracteriza, que esta es la aportación de Banco Nacional para tener un testimonio de su obra y así rendir homenaje al que pensamos es uno de los maestros que requieren en vida ser festejados, compartidos y, además, poder presumir como una joya de lo mejor de México.

Fernández de Calderón acota: Tras varias entrevistas, y gracias al empeño entusiasta de nuestra querida Graciela Iturbide, el maestro finalmente accedió a la realización de dicha empresa.

Estudio de Elisa Ramírez

La primera estrategia que Toledo sugirió fue indagar en París y Londres, y empezar el trabajo en México con las cuatro galerías que han colaborado con él: Arte Mexicano, Arvil, Ramón López Quiroga y Juan Martín, quienes facilitaron sus archivos.

Durante el desarrollo del proyecto se ha visitado a más de 70 coleccionistas en México y cerca de 30 en el extranjero.

A finales de 2013 Toledo les pidió ahondar particularmente en su primera década, y a ello nos abocamos, continúa Fernández de Calderón.

Desde el pasado enero la funcionaria de la fundación comenzó a visitar a Toledo en Oaxaca. Más tarde esa selección se fue complementando con piezas nuevas que nos fueron entregando coleccionistas y otras que surgieron a raíz de la búsqueda y el apoyo de Graciela Toledo (hermana del artista) y del análisis de la obra que ha estudiado Elisa Ramírez, de quien se revisó el archivo y las fotos familiares.

Después de nueve meses de trabajo cercano y sistemático con Toledo en el escrutinio de la obra, el artista decidió que era preferible incorporar la cerámica y la escultura en la parte de la edición dedicada a los años 80 y 90 del siglo pasado.

Toledo representa lo mejor de México y la presente investigación es un homenaje en vida a un gran maestro de la plástica mexicana, expresa Albo Márquez. Se pretende que en algún momento este documento pueda llegar a un público amplio, gracias a las nuevas tecnologías.