Por octavo año consecutivo, México es el país más peligroso para ejercer el sacerdocio, asegura el informe Tragedia y crisol del sacerdocio en México: 10 años de persecución, elaborado por el Centro Católico Multimedial (CCM).

En el reporte se indica que en los últimos 26 años ha habido 61 atentados contra miembros de la Iglesia católica, de los cuales 57 son crímenes arteros, y dos corresponden a sacerdotes que siguen en calidad de desaparecidos y dos a secuestros frustrados.

El análisis elaborado por la Unidad de Investigación del CCM, dirigido por el sacerdote Omar Sotelo Aguilar, resalta que de 2006 a la fecha, sin lugar a dudas, ha sido alarmante y devastador para los ministros religiosos en México.

Subraya que tras 10 años, esta lucha contra el crimen organizado ha dejado muerte y desolación en muchas regiones del país; por desgracia este fenómeno ha tocado también sectores específicos como la prensa y la Iglesia.

Periodos analizados

Desglosa que en cinco sexenios analizados, el de Felipe Calderón (2006-2012) es el que cuenta con mayor número de casos. En total 25 atentados, que representan 48 por ciento del total.

Le sigue la actual administración de Enrique Peña Nieto –que comenzó en 2012– con 15 casos de sacerdotes asesinados, 28 por ciento.

En el reporte se indica que de seguir la tendencia actual hacia 2018, el actual sexenio se perfila como el más negro de la historia moderna de México para el ejercicio del sacerdocio.

“La tendencia a 2018 –indica–, de seguir el mismo rumbo, concluirá su mandato con un alza de 100 por ciento, por encima del saldo rojo del ex presidente Felipe Calderón.” Además de los homicidios, hay dos sacerdotes desaparecidos, un seminarista y cinco laicos sacristanes, así como dos secuestros frustrados.

En el periodo de Ernesto Zedillo (1994-2000) hubo tres casos; en el de Carlos Salinas (1990-1994), cuatro casos, y en el de Vicente Fox (2000-2006), cinco.

De 1990 a 2016, la lista la encabeza un cardenal (Jesús Posadas Ocampo), 41 sacerdotes, un diácono, cuatro religiosos, nueve laicos y una periodista católica.

Afirma que en un cuarto de siglo los atentados contra representantes de la Iglesia, en orden de importancia, son perpetrados contra sacerdotes (78 por ciento), laicos (10 por ciento), seminaristas-religiosos (8 por ciento), diáconos (2 por ciento) y comunicador o periodista católico (2 por ciento).

Agresiones más usuales

El atentado más usual corresponde a extorsión, secuestro, tortura y asesinato, con 44 por ciento de los casos; robo a parroquia, 35 por ciento; agresión en la calle, 15, y causa desconocida, 6 por ciento.

Los estados más peligrosos para el ministerio sacerdotal son Guerrero, Ciudad de México, Veracruz y Michoacán.

De acuerdo con el análisis, de 1990 a 2016 los homicidios de integrantes de la Iglesia católica aumentaron 375 por ciento.

El saldo rojo de asesinatos, visto por décadas, refiere un aumento de 384 por ciento entre la presente década, frente al periodo de 1990 a 2000.

En el último lustro las amenazas de muerte contra sacerdotes mexicanos se incrementaron 113 por ciento y la tendencia de atentados en la modalidad de secuestro y tortura contra sacerdotes sigue al alza. Se registra un aumento de un 100 por ciento al cierre de 2016, comparado contra el tercer año de gestión de la anterior administración.