Lunes 19 de diciembre de 2016, p. 12
Para 2050 disminuirá en 20 por ciento la disponibilidad de tierra arable por persona en el mundo, y no alcanzará para alimentar a 9 mil millones (población estimada para entonces) con dietas lujosas
, previó María José Ibarrola Rivas, investigadora de posdoctorado del Instituto de Geografía de la Universidad Nacional Autónoma de Mexico.
En un estudio, la experta analizó la densidad poblacional y los patrones de consumo de alimentos en distintas sociedades, según el nivel socioeconómico.
Utilicé datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y dividí los países en seis grupos, que van de los más pobres a los más desarrollados, y que tienen entre sí diversas formas de agricultura.
Encontró diferencias entre los países, pues mientras los más pobres tienen una dieta básica, generalmente respetuosa con el ambiente, pero poco eficiente en términos de uso de la tierra, los países ricos tienen alta tecnología y uso intensivo de la tierra
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Señaló que el tipo de producción está sujeto a la cantidad de tierra agrícola utilizable; por ello, calculó la cantidad de extensiones arables disponibles por persona –en promedio eran 2 mil metros cuadrados–, mientras para 2050, estimó, disminuirá a mil 600 metros cuadrados.
Sin embargo, hay diferencia entre los territorios ricos y los pobres, teniendo desventajas estos últimos; la inequidad aumentará para 2050 por el crecimiento poblacional de las naciones desfavorecidas. Entonces, los primeros tendrán, en promedio, tres veces más disponibilidad de tierra arable por persona que los pobres, que representarán 70 por ciento de la población global. Esto significa que su potencial agrícola será más limitado.