Pese a la presión económica que se prevé para 2017, los usuarios de los comedores comunitarios seguirán pagando 10 pesos por la comida, por lo que el Gobierno de la Ciudad de México incrementará en al menos 25 por ciento el presupuesto que destina a este programa, garantizó el secretario de Desarrollo Social local, José Ramón Amieva Gálvez.

Es un tema complejo porque el año próximo habrá ajuste a la gasolina de un 20 por ciento; obviamente siempre que aumenta el precio a los combustibles sube el costo de traslado y quien paga esto no es el productor, distribuidor o comercializador, sino el consumidor; es decir, se aplica al costo de venta final, expone en entrevista.

Mencionó el caso del aguacate, del que México ocupa el primer lugar a nivel mundial en producción; sin embargo, no todos los mexicanos pueden acceder a este producto, pues el kilo vale más de 40 pesos, mientras el salario mínimo a partir del primero de enero de 2017 será de 80.04 pesos.

Amieva Gálvez aseguró que al final de la administración que encabeza Miguel Ángel Mancera habrá 500 comedores comunitarios, en los que se servirán en total 70 mil raciones alimentarias. Teníamos 204 y vamos a cerrar 2016 con 146 más, acotó.

Con lo anterior se busca abatir la carencia alimentaria, como una situación de vulnerabilidad, y que las personas puedan acceder al menos a una comida con contenido calórico y alcance nutricional al día.

Subrayó que las delegaciones donde más lacera la pobreza son las rurales: Cuajimalpa, Tláhuac, Xochimilco, Milpa Alta, Tlalpan y Magdalena Contreras, por lo que, consideró, se requiere mejorar los sistemas de producción y acercar los productos que ahí se cultivan a la zona centro, a través de cadenas cortas de distribución.

Se trata de que los productores puedan comercializar sus artículos directamente en espacios públicos; no hablamos de tianguis o mercados sobre ruedas, sino de mercados rurales en la ciudad, aclaró

Adelantó que en 2017 se tratará de consolidar un gran centro de producción urbana alimentaria, de 2 mil 400 metros cuadrados, en la Ciudad de los Deportes, en la Magdalena Mixhuca.

Amieva Gálvez marca los límites entre lo que haría la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades y la dependencia a su cargo. La Sederec, las delegaciones rurales y la Autoridad Patrimonial de los Humedales Tláhuac, Xochimilco y Milpa Alta potencian sistemas de producción; es decir, que el campo de la ciudad produzca. Lo que a nosotros nos toca es generar esquemas de distribución, comercialización y accesibilidad a esos productos.

–¿Cuál es su reto personal?

–Buscaría haber cumplido metas de vida, a través del servicio público, generando un cambio en la forma de vivir, sabiendo que la gente que lo necesitaba tuvo una opción y una forma cercana de que alguien les pudiera atender –respondió.

Resumió que le gustaría ser recordado como el secretario de Desarrollo Social que abrió comedores, generó proyectos de mejoramiento barrial y muchas personas pudieron comer. Es como un cumplimiento de un proyecto de vida, equiparó.