Cancún, QR.

La siembra de soya, sorgo y palma africana transgénica en la península de Yucatán ha provocado la deforestación de 253 mil hectáreas en cinco años, denunció Leydi Pech Martín, representante del Colectivo Apícola de Los Chenes a la 13 Conferencia de las Partes sobre Biodiversidad (COP 13).

La activista, que forma parte de un grupo de mujeres mayas que luchan para la conservación de la abeja melipona (especie que carece de aguijón), denunció los impactos de la agricultura industrial y de los cultivos transgénicos.

Señaló que la introducción de organismos genéticamente modificados en estos tres cultivos ocasionó graves problemas porque se deforestaron grandes hectáreas de bosque, lo que también ocasionó que se redujera 60 por ciento la producción de miel.

Explicó que de las 253 mil hectáreas, 43 mil pertenecen a Hopelchén, Campeche, y hoy sólo 30 por ciento de los campesinos aún siembra maíz, mientras los que plantan soya y sorgo emplean agroquímicos que matan a las abejas.

Al respecto, Fernando Funes Monzote, fundador de la Asociación Cubana de Agricultura Orgánica, dijo que el cultivo industrial debe ser sustituido por uno más ecológico.

La agricultura convencional vende muy altos los insumos, usa muchos fertilizantes, químicos y plaguicidas. Hay una enorme desventaja, pues ese tipo de agricultura nos ha sobrepasado, refirió.

Abundó que la agroecológica que se usa en Cuba arroja mejores beneficios, pues cuando los productos se cultivan con mayor eficiencia energética y responsabilidad ambiental, se repercute en un mejor entorno para los seres humanos.