ada tres años la OCDE es contratada por sus propios miembros y por otros países no miembros para que apliquen su examen Programme for International Student Assessment (PISA). La OCDE evalúa a jóvenes de 15 años y no evalúa escuelas, o modelos pedagógicos, o sistemas educativos. El examen, como se ha informado hasta el cansancio, evalúa matemáticas, ciencias y comprensión lectora, y nada más. No hay duda de que sería altamente útil evaluar escuelas, modelos y hasta el sistema nacional de educación. No es lo que hace PISA.
Como cada tres años, aparece una lluvia de críticas por parte de personas vinculadas de una u otra forma con la educación principalmente, que repiten las mismísimas críticas, a veces ponderadas, otras extraordinariamente agrias, acerca de la forma y los contenidos de la prueba PISA, a la luz de los deplorables resultados alcanzados por los jóvenes de países como México (último lugar en PISA). Véanse los medios de países con malos resultados (por debajo del promedio de los países miembros de la OCDE).
Acoto mi cláusula anterior: no son los países los que tienen malos resultados, sino un seleccionado grupo de jóvenes que los gobiernos hacen, que han tenido el privilegio de asistir a la escuela básica (primaria y secundaria, en el caso de México). Debe suponerse que se ha hecho una muestra representativa de los jóvenes de esa edad.
Durante un par de décadas he leído aproximadamente las mismas críticas al examen. La inmensa mayor parte provienen de países no desarrollados. Y claro, se dice que los jóvenes de estos países tienen escuelas no comparables a las de los países desarrollados, que en nuestros países muchos alumnos van a la escuela sin desayunar, que se trata de un examen estandarizado, que la OCDE (que, por cierto, no es la institución que lo aplica directamente) no sabe lo que pasa en las aulas de países como el nuestro, que es lo que debiera evaluarse, etcétera.
Nuevamente, también, opino que las críticas tienen escaso valor. No es que no tengan valor por lo que dicen, sino porque resulta en la inanidad decir que el dentista no me revisó el hígado; o que los olmos no dan peras. El examen explora la capacidad para resolver problemas con los conocimientos adquiridos en esas tres áreas del conocimiento. De otra parte, el examen no hace preguntas sobre contenidos de conocimiento adquiridos memorísticamente. No pregunta, por ejemplo, ¿cuántos huesos tiene el cuero humano? No, plantea situaciones o problemas para dar con una solución a partir de los conocimientos adquiridos. Es decir, explora si aprendimos a pensar con esos conocimientos. A pensar, no a repetir.
Si alguien ve cualquier tipo de sesgo en el examen PISA, ese mismo sesgo estuvo presente frente a los 540 mil jóvenes que esta vez estuvieron frente al examen. Insisto: la biología no es noruega, ni la física sueca, ni las matemáticas rusas. Todo ese conocimiento es más planetario que nunca. Vale para todos.
El examen, repito, tiene el propósito de explorar si los jóvenes han aprendido a pensar. Pero además, el espacio para ser enfrentado con el pensamiento no está abierto ni mucho menos, sino acotado, a efecto de que los examinados no se pierdan. Vea el lector un ejemplo del examen, que el pasado año puso el énfasis en ciencias:
La mayoría de las aves migratorias se reúnen en una zona para después migrar en grandes grupos en lugar de individualmente. Este comportamiento es el resultado de la evolución. ¿Cuál de las siguientes explicaciones científicas describe mejor la evolución de este comportamiento en la mayoría de las aves migratorias? 1) Las aves que migraban individualmente o en pequeños grupos tenían menos probabilidad de sobrevivir y tener crías: 2) Las aves que migraban individualmente o en pequeños grupos tenían más probabilidad de encontrar alimento suficiente; 3) Volar en grandes grupos permitía a otras especies de aves unirse a la migración; 4) Volar en grandes grupos permitía que todos los pájaros tuviesen más oportunidad de encontrar un lugar donde anidar
. Piense y responda.
¿Un examen hecho de este modo para que los jóvenes piensen frente a cuatro alternativas es para escandalizarse? Una de las críticas que recientemente leía decía: la mayor parte de las aulas no están equipadas para la enseñanza de las ciencias. Es verdad que así de paupérrimas están las aulas, pero ¿hacía falta mucho equipo para responder el tipo de pregunta que he puesto de ejemplo? Es claro que a los jóvenes simplemente nunca se les enseñó a razonar, con base en conocimientos.
Encuentro también que lo que las críticas dicen es verdad, pero apuntan mal. En verdad esas críticas son explicaciones aproximadas al porqué de nuestros resultados. Es decir, esas críticas están dirigidas, de hecho, a unos gobiernos incapaces de crear un sistema educativo cuyos métodos enseñen a los jóvenes a pensar: ese es el objetivo fundamental de la educación.
La crítica está bien, pero apunta mal. Lo mismo puede decirse de unas críticas que pide peras al olmo. Hoy por hoy, más aún que en el pasado, deben los jóvenes saber y saber pensar sobre ética, filosofía en un nivel incipiente, valores, historia, humanidades. Pero no le pidan esto a PISA, que tiene su propio objetivo, exíjaselo todo mundo al Estado propio. Y exíjase una política de Estado, pues hoy más que nunca los políticos gobernantes son más cortoplacistas que nunca.