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El destacado pianista, compositor y científico recibió la medalla Bellas Artes

Julio Estrada propone detonar el espectro académico y artístico

Pide a las autoridades de educación y cultura instaurar una nueva figura: el investigador-creador

El desafío de la enseñanza básica de las artes consiste en que dentro y fuera del país ya no se nos perciba más como un páramo maquilador, sino como tierra fértil de artistas, enuncia

 
Periódico La Jornada
Jueves 8 de diciembre de 2016, p. 3

Al recibir la medalla Bellas Artes, la noche del martes, el creador musical Julio Estrada (CDMX, 1943) propuso a las autoridades de educación y cultura del país acrecentar el espectro académico y artístico con una nueva figura: la del investigador-creador en arte.

Estamos en la hora justa para incluir la creación artística bajo una perspectiva abierta, cuya dinámica interdisciplinaria conjugue a las artes y las vincule a un nuevo destino: la investigación, exigencia compleja en artes, tanto como es en ciencias, ingenierías o humanidades, destacó.

En arte, la percepción es nuestra sustancia ante la fantasía o la realidad, para diseñar cómo representarla, cómo hacer que la perciba el otro, y de esa recepción, aprender a percibir de nuevo.

De acuerdo con el también investigador y docente, una de las figuras referenciales de la música contemporánea de México, instaurar la figura propuesta requiere que el artista se mire a sí mismo y decida a solas si seguir en la academia o reconocerse en la investigación-creación.

Corresponde a las instituciones revisar su mirada sobre el arte y fundar un espacio para que la creación y la interpretación encuentren un sitio más transparente en el siglo XXI, añadió.

Enriquecer lo íntimo y lo colectivo

La entrega del máximo reconocimiento que las instituciones de cultura mexicanas confieren a los creadores vivos más relevantes del país se efectuó en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Allí, Julio Estrada recibió la presa y un diploma de manos del subdirector general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Sergio Ramírez Cárdenas, quien en su breve intervención encomió el trabajo y las aportaciones del homenajeado en beneficio de la cultura y el arte nacionales.

“Querido Julio –dijo el funcionario–, para la Secretaría de Cultura federal es un honor entregarte este reconocimiento por tu labor constante y comprometida con la creación. Con tu trayectoria has contribuido notablemente con el desarrollo cultural de México.”

El pianista, compositor y científico agradeció la distinción con un emotivo discurso en el que, entre otros aspectos, se refirió a la necesidad de desarrollar y ejercer en México una nueva conciencia en relación con el arte.

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Julio Estrada (CDMX, 1943), en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, donde recibió la presea en reconocimiento a su trayectoria, se refirió a la necesidad de desarrollar y ejercer en México una nueva conciencia en relación con el arteFoto José Antonio López

Una nueva conciencia hace irreversible replantear la enseñanza básica de las artes, de la primaria al bachillerato, cuyo desafío hace que dentro y fuera del país se nos perciba más como un páramo maquilador que como esta tierra fértil de creadores a quienes hoy se ensalza porque, si ayer dieron sentido a la sociedad, ahora no concuerdan con el ideal. Y no por ellos, ciertamente, indicó.

Las actuales circunstancias, sostuvo, exigen percatarse de que la creación es una sustancia que amalgama y enriquece lo íntimo y lo colectivo.

Al respecto, consideró que una de las principales tareas consiste en convencer lo mismo al niño que al adulto mayor de que el arte es un patrimonio individual y no nada más el producto que promociona una cultura pasiva.

Deslumbrante binomio

“La erudición del artista actual –añadió Julio Estrada– alienta y da robustez a ese sentir-saber del yo de cada uno: crear es tan sencillamente humano que debe volver a las mentes, a las manos, los cuerpos, las voces de todos”.

Según el homenajeado, convencer al profano o al que se inicia de que el arte le pertenece tanto como al profesional no es simple en una sociedad que mima al artista o enclenca su talento para hacerlo dócil y egoísta como el poder al que sirve su doro momentáneo.

Antes se proyectó un video en el que varios músicos y académicos hablaron sobre la singularidad de la obra de Julio Estrada, a lo que el creador llama en son de broma partitorturas, y cómo su creación se basa en la investigación, la invención y el descubrimiento: una deslumbrante combinación de ciencia y arte.

Además se efectuó un breve conversatorio entre el compositor, su hijo Amadeo y el investigador de origen francés Frederic Ives Jeannet, quien escribe un libro y un documental sobre el quehacer de Julio Estrada.

Y el guitarrista Gonzalo Salazar interpretó la pieza Caja con trenzas, que forma parte de la ópera Murmullos del páramo, una de las obras más recientes de Julio Estrada.