Cancún, QR.

México está ubicado en el quinto lugar entre los países de mayor diversidad biológica: con uno por ciento de la superficie del planeta alberga 10 por ciento de la biodiversidad. Hay especies que sólo se encuentran aquí y están en riesgo de extinción, como la vaquita marina o el águila real, símbolo de la bandera mexicana.

De la riqueza biológica que hay en el país destacan las ecorregiones prioritarias de bosques de pino encino, áreas silvestres en la zona desértica de Chihuahua, Sonora y Baja California, además de centros de diversidad vegetal a lo largo del país, así como 22 áreas de aves únicas, además de la vida marina y los arrecifes de coral.

El Convenio de Diversidad Biológica (CDB) de Naciones Unidas entró en vigor en 1993 para promover la conservación de la biodiversidad, el uso sustentable de los recursos y la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados del uso de los recursos genéticos que se encuentran en los sistemas naturales.

No sólo México enfrenta presiones a la biodiversidad, es el planeta entero. Hay pérdida de especies, degradación, fragmentación de hábitats naturales, sobrexplotación de los recursos biológicos, contaminación, especies exóticas invasoras y acidificación de océanos, entre muchas más, señala el conjunto de organizaciones que forman la CBD Alliance.

En Cancún empieza este viernes el trabajo del segmento de alto nivel de la CDB, con la participación de decenas de ministros ambientales, de agricultura y pesca. México propuso la integración de la biodiversidad en las actividades forestal, agrícola, turismo y pesca, y se adoptará una declaración ministerial sobre este tema. El domingo comienza la 13 conferencia de las partes (COP) de la CDB, donde el gobierno mexicano hará anuncios de última hora sobre decretos de nuevas áreas naturales protegidas (ANP).

Se formalizará el área natural protegida del Caribe mexicano; será la más grande del país, con 5.7 millones de hectáreas, con el propósito de proteger la barrera transfronteriza del arrecife mesoamericano que se comparte con Guatemala y Belice. Estamos buscando que este año se decreten las islas del Pacífico, así como la sierra de Tamaulipas, explicó Alejandro del Mazo, titular de la Comisión Nacional de Areas Naturales Protegidas (Conanp).

En entrevista, indicó que este organismo tiene un papel importante en el CDB en diferentes metas, pero en particular en la 11 de Aichi, que establece que se debe llegar a 17 por ciento de la superficie terrestre y a 10 por ciento de la marina como áreas naturales protegidas.

En el territorio nacional actualmente hay 177 áreas naturales protegidas que albergan alrededor de 26 millones de hectáreas, de ellas 60 por ciento no cuenta con programas de manejo, es decir, que no están definidas las actividades que se pueden realizar en ellas. México confía en llegar a esta meta de Aichi en 2018.

Al respecto, Sandra Moguel, de la oficina sureste del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), apuntó que ante la inminencia de la COP se hacen declaratorias de áreas naturales de última hora, como la Reserva de la Biosfera Caribe Mexicano. Preocupa que quede en letra muerta por la falta de presupuesto y de programas de manejo.

Alarma la falta de personal suficiente y capacitado de las áreas protegidas, y en la última actualización de la norma oficial mexicana 059, que incluye el listado de las especies bajo protección especial, si bien salieron 48, hay otras 39 que fueron incluidas en alguna categoría de riesgo. Esto da por resultado que alrededor de 25 por ciento de animales vertebrados se encuentra en algún grado de riesgo de extinción, mientras 20 por ciento de las plantas están en inminente extinción, indicó el Cemda.

Planteó que se deben impulsar medidas para evitar la fragmentación o destrucción del hábitat original, el aprovechamiento intensivo en los ecosistemas, el tráfico ilegal de especies, así como la introducción de especies invasoras y exóticas.

Apenas hace unas semanas la Comisión Federal de Mejora Regulatoria puso a consulta el anteproyecto del listado de especies invasoras, que son aquellas que se introducen en hábitats ajenos y en los cuales pueden afectar a las especies originales hasta llevarlas a desaparecer. Sin embargo, no se incluyen especies forestales, como los eucaliptos, ni tampoco peces que han causado daños en la vida acuática de ríos y presas, como el plecos, señaló María Elena Sánchez de la organización Teyeliz.

Hay problemas ambientales en todo el territorio nacional, desde Baja California, con los proyectos mineros; Chiapas, con la devastación de la selva Lacandona, hasta Quintana Roo, donde hay muchos ejemplos producto de los desarrollos turísticos, señaló Araceli Domínguez del Grupo Ecologista del Mayab.