Mónaco.

La Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés) mantuvo la suspensión de Rusia para todas las competiciones internacionales por el escándalo de dopaje de Estado que salpicó al país en los recientes meses.

Su regreso todavía no tiene fecha, a pesar de los progresos que realiza en la lucha antidopaje y los programas de modernización que se aplicarán el próximo año, como anunció ayer jueves el presidente Vladimir Putin.

Un año después de haber sido expulsada de la IAAF por el escándalo de dopaje sistemático con intervención estatal, la Federación Rusa es evaluada para saber si será readmitida por el organismo.

Progresa en la lucha antidopaje, afirmó el jefe del grupo de trabajo de la IAAF, el noruego Rune Andersen, en rueda de prensa en Montecarlo, durante el congreso extraordinario del organismo.

No obstante, Andersen destacó que en enero viajará con su grupo de trabajo a Moscú para hacer una nueva evaluación, por lo que a finales de febrero, en la reunión del consejo de la IAAF, podría tratarse la readmisión de Rusia.

Durante el Discurso a la Nación en el Kremlin, Putin volvió a rechazar las acusaciones de que el Estado ruso organizó un sistema para promover y financiar el dopaje de sus deportistas y aseguró que en el trasfondo de este asunto se encuentra una campaña internacional contra Rusia.

Sin embargo, la IAAF decidió mantener la suspensión de la Federación de Rusia, aunque los atletas de ese país podrán competir individualmente si pasan controles de dopaje independientes.

La decisión tomada por el Consejo Directivo de la IAAF significa que continúan en pie las sanciones dictadas en noviembre de 2015 y luego prolongadas en marzo y junio de 2016, que privaron a los atletas rusos de competir en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

Para el británico Sebastian Coe, presidente de la IAAF, la prohibición total del equipo ruso de Río 2016 resultó clave para que el país instrumentara cambios en su política antidopaje.