Wefood abre su segunda sucursal
Lunes 28 de noviembre de 2016, p. 50
Copenhague.
Los productos expirados pueden generar recelo, pero la danesa Wefood, que ofrece alimentos caducados y que destina sus ganancias a la beneficiencia, tiene tanto éxito que inauguró una segunda sucursal en un barrio de moda.
Tras la primera tienda en Amager, situada en la capital danesa, la asociación Wefood abrió una sucursal en el concurrido barrio de Nörrebro, un área cosmopolita y llena de restaurantes y bares. Vende exclusivamente productos cuya fecha de expiración está vencida o cuyo embalaje está dañado y todas sus ganancias son entregadas a una organización de beneficencia.
En octubre pasado, a su inauguración concurrieron hipsters y madres de clase trabajadora, todos acogidos con una sopa de coliflor y panes fabricados por discípulos del connotado Claus Meyer, uno de los fundadores del premiado restaurante Noma. Es genial que en lugar de botar los ingredientes, los vendan
, indicó Signe Skovgaard Sörensen, destacando que siente que cuando compra ahí además apoya a una buena causa
. La estudiante consiguió una botella de aceite de oliva de alta gama por 20 coronas (27 euros).
¿No es fantástico?
, dijo maravillada Olga Fruerlund, una jubilada que acababa de comprar bombones para regalarle a sus nietos en Navidad. Estas golosinas pueden mantenerse cien años gracias al azúcar que contienen
, destacó con una sonrisa.
La legislación danesa permite la venta de productos después de su fecha de expiración siempre que no representen un riesgo inminente a la salud y que el embalaje lo diga expresamente.
A mitad de precio
En Wefood, miramos, olemos, inspeccionamos para asegurarnos que el producto sigue siendo apto
, explicó Bassel Hmeidan, uno de sus responsables. Todos lo que se venden en Wefood son donaciones de productores, empresas de importación y exportación y supermercados locales. La tienda es gestionada por voluntarios y eso le permite ofrecer precios 50 por ciento más baratos. Pero es difícil hacer una compra completa en una de esas tiendas, ya que la oferta es azarosa y ecléctica: al lado de un montón de maíz para ‘pop-corn’ con etiquetas de Disney y de Star Wars, puede ser difícil encontrar fruta y la que queda está más que madura.
En Europa la lucha contra el despilfarro alimentario es una tendencia y han surgido varias iniciativas, tanto políticas como civiles, para evitarlo. En 2015, Francia prohibió tirar a la basura los productos que no lograron ser vendidos. En el Reino Unido un supermercado abierto cerca de Leeds ofrece a los clientes estos alimentos y los deja pagar lo que estimen conveniente, poniendo el acento en la lucha contra la pobreza. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) cada año se pierden mil 300 millones de toneladas de comida, botando a la basura un recurso que serviría para aliviar el hambre de miles de millones de personas.