Desconcertada y abrumada por los flashazos, las cámaras de televisión y las pantallas, la artista conceptual estadunidense Barbara Kruger (Newark, Nueva Jersey, 1945) lamentó que tuviera que salir con la cara tapada en las fotos tomadas en la apertura de su obra Empatía, instalada en la estación de Bellas Artes del Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro. A manera de disculpa expresó a La Jornada: “Vivo en Los Ángeles. Allí no les interesan los artistas visuales, sólo las estrellas de cine, a quienes retratan. No soy una rockstar”.

En el acto inaugural, efectuado en la sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes, Kruger pidió a los reunidos en el apretado espacio experimentar el momento sin lentes, ni pantallas. Les ruego: abajo las cámaras sólo un segundo. Me significa tanto estar aquí y no estar distraída por todas estas personas.

Al final del acto, justo después de recibir un ejemplar de la tarjeta inteligente –una de 5 mil que imprimirá el Metro–, diseñada por ella con las preguntas ¿Adónde vas? y ¿Dónde has estado?, Kruger tomó el micrófono para decir que cree en el transporte público, que usa el metro seis veces al día, cuando puede. La artista, que hasta el momento no habido querido subir al presídium, consideró esta primera intervención en México como una gran manera de que mi trabajo y mis ideas lleguen a las personas. Así como hacer sugerencias en cuanto a cómo nos comportamos el uno con el otro, la raíz de la empatía.

Para Jorge Gaviño Ambriz, director general del Metro, presentar la obra de Kruger en México era un acontecimiento pendiente cuando la invitación del Museo Tamayo Arte Contemporáneo se vio afectada por los dramáticos sucesos del 11 de septiembre de 2001. La pieza consta de múltiples preguntas y frases diseñadas en gran formato para invitar a las diversas audiencias que recorren el Metro día a día a cuestionarse sobre nuestro papel como actores sociales.

Continuó: Vestir los muros y el techo de una estación emblemática como Bellas Artes, no sólo es una modificación estética de los pasillos, sino una transformación en las condiciones de movilidad. Empatía permitirá a todas y todos convivir con expresiones artísticas de calidad. La intervención de sitio específico, que emplea los colores patrios (verde, blanco y rojo), se realizó en un pasillo de transbordo de las líneas 2 y 8 del Metro.

Empatía es la segunda actividad del Proyecto Paradiso de la comisión de cultura del Arzobispado de México y la red de movilidad. Según el presbítero Álvaro Lozano, director de la comisión, la intervención nos brindará la oportunidad de cuestionarnos sobre nuestro modo de relacionarnos y de edificar nuestra ciudad.

Después del acto protocolario, la comitiva se trasladó a la estación Bellas Artes a inaugurar la obra. Ante tantas personas Kruger prefirió regresarse al Palacio de Bellas Artes.